jueves, 30 de junio de 2016

Huerto familiar urbano

La disponibilidad de alimentos es uno de los factores que condicionan la cantidad y calidad de productos que consume la familia, quienes requieren de una dieta más variada.

El huerto familiar urbano constituye una alternativa apropiada para que la familia produzca y consuma a bajo costo productos frescos y saludables para una dieta balanceada. Permite la opción de tenerlo dentro de las ciudades en patios, terrazas e incluso balcones

En el huerto, la familia como grupo participa en las diferentes actividades productivas y asegura la alimentación y nutrición de todos. Un huerto bien establecido, puede ayudar con su producción la demanda de alimentos de la familia, lo que representa un ahorro importante.

El tipo de huerto y los cultivos a establecer están relacionados con las necesidades y preferencias de la familia. Se puede establecer plantas comestibles, aromáticas, medicinales y frutales. Hay algunas hortalizas que pueden cultivarse durante todo el año dependiendo de la climatología del lugar.

Entre los beneficios se puede mencionar: Suficientes alimentos variados para toda la familia durante todo el año o por varios meses, fortalece la integración familiar, producción segura y sana de alimentos y fortalece los lazos de amistad con el intercambio o regalo de algún excedente.

Los factores a considerar para establecer el huerto son: pendiente, tipo de suelo, acceso al agua, disponibilidad de tierra, manejo de residuos, manejo integrado de plagas, cultivos intercalados y rotación.

Se puede cultivar guisantes, habas, ajos, calabazas, tomates, pimientos, locotos, cebollas, coliflor, brócoli, acelgas, espinacas, zanahorias, rábanos, lechugas, etc.

Tener siempre en cuenta a la hora de crear la rotación de cultivos, ya que no se puede plantar dos veces seguidas en la misma zona una hortaliza de la cual consumamos su misma parte. Es decir, si se ha plantado tomates, posteriormente a su cosecha plantaremos cebollas o ajos, o bien acelgas pero nunca otra hortaliza de la que consumamos su fruto, como pimientos por ejemplo.

Un huerto familiar apoya la seguridad alimentaria de los sectores poblacionales más vulnerables. Manos a la obra.


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