El gobierno proyectó que en el 2015 la producción nacional de trigo cubriría el 90% de la demanda, pero la realidad actual va en contraflecha.
Los productores tenían previsto sembrar 120 mil hectáreas, pero debido a la falta de semillas solo se estima sembrar 100 mil para esta campaña de invierno, superficie que logra cubrir poco más del 30% del consumo nacional.
Entre las causas de este bajón se puede enumerar los altos costos de producción, la falta de mejoramiento genético, la escasez de agua y los precios bajos en el mercado, que desincentiva a los productores a seguir sembrando.
¿Qué perjudica la siembra?. “Se necesitan alrededor de 16.800 toneladas de semillas por año para sembrar las 120 mil hectáreas, sin embargo debido al déficit de semilla se tiene previsto sembrar 100 mil porque hay solo 11 mil”, informó el jefe de la División de Abastecimiento de Semillas, del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), Diógenes Chávez. Este volumen de producción de semilla solo produce 240 mil toneladas de grano de trigo, que llega a cubrir el 35% del mercado, el resto es importado y donado por EEUU y otros países, afirmó el experto.
Lo que hace falta. En Bolivia se necesita sembrar más de 300 mil hectáreas, “mismas que irían en desmedro de otros cultivos como la soya que tiene una amplia superficie, es decir los productores tendrían que dejar de sembrar soya para cultivar trigo, pero no lo harán porque tiene mejores precios la soya”, sostuvo Chávez.
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