El título de este artículo es el nombre científico de uno de los alimentos más nobles de la canasta familiar y uno de los cultivos con mayor tradición en la agricultura humana, el arroz.
Bolivia es un país de vocación agropecuaria que por sus condiciones agroecológicas debería tener la capacidad, entre los pocos países del planeta, de alcanzar la condición de soberanía alimentaria con aceptable facilidad.
Sin embargo, la realidad de nuestra Bolivia agropecuaria es otra. El principal productor de arroz en Bolivia es el departamento de Santa Cruz, que históricamente abastece al 70% de la canasta familiar boliviana con arroz.
La producción de arroz en el departamento de Santa Cruz ha tenido el siguiente comportamiento:
Al cierre del año 2016 la producción de arroz casi no existe en los campos nacionales, los productores pequeños, medianos y grandes que se dedican a este cultivo con sistemas de siembra en secano y bajo riego no tendrán, en el promedio general, una buena cosecha.
Las plagas, cambio climático y las enfermedades que tienen como vector las bacterias han disminuido la actividad de la producción de arroz y la han lesionado de forma grave. Pero el agronegocio del arroz puede enfrentar a todos estos males; existen sistemas para manejo y control de plagas en arroz, existe tecnología para la producción agropecuaria en condiciones de cambio climático para adaptarse al mismo y generar resiliencia; por último y no menos grave existen tratamientos para la fitoprotección de los cultivos de arroz.
Por supuesto que para lo mencionado se necesitan fondos, dinero, capital, “platita”, y está claro que eso también se puede arreglar porque ya se vislumbra una solución basada en los Fondos de Pensiones que serán los que provean de un 5% de su capacidad, 150 millones de dólares según se difunde en los medios de comunicación a nivel nacional.
Hasta aquí, parece que el agronegocio del arroz en Bolivia se ha salvado de uno de sus episodios más tristes en la historia agropecuaria del país. Pero, la pregunta es otra: ¿Qué pasarán con todo el arroz que ingresa a Bolivia por vías de “importanción ortodoxa” (entiéndase contrabando)?
Un agronegocio como el arroz, necesita seguridad jurídica que debe brindar el Estado, através de la Aduana Nacional del Estado Plurinacional de Bolivia; la tecnología y la capacidad de innovación están presentes en una sector que es un emblema para Bolivia y que alimenta a los bolivianos todos los días, pero está claro que todo puede ser nada cuando la voluntad política y la capacidad de actuación. (Autor: Jurij A. Suárez Santelices, Docente de Fundamentos de los Agronegocios Carrera de Ingeniería de Agronegocios, Universidad Católica Boliviana “San Pablo” Sede Santa Cruz)
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