domingo, 19 de marzo de 2017

¿Existe crisis en el agro cruceño?

Durante tres días, una comitiva de periodistas de todo el país "palparon" la realidad del sector agropecuario del departamento de Santa Cruz, donde los profesionales de la comunicación pudieron recabar información de la verdadera situación que atraviesa ese sector, generando interrogantes muy importantes como: ¿existe crisis en el agro cruceño?, ¿cuánto afecta esto al país?, y si ¿las políticas del Gobierno son las adecuadas?

La visita fue organizada por el Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) y la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), cuyos representantes aseguran que en Santa Cruz se produce el 75% de los alimentos que abastecen al mercado interno del país, y que por las inclemencias de los recientes años esto se vio afectado, creando un déficit en la economía de Bolivia.

Ante esta realidad, el sector agroproductivo del departamento de Santa Cruz tiene peticiones precisas al Gobierno nacional, como la liberación para la libre exportación de productos y que se permita la introducción de biotecnología en los procesos de producción de alimentos en los campos del país.

DÉFICIT

Según datos brindados por el IBCE, el 2016 se registró por segundo año consecutivo un déficit comercial, que afecta de manera sustancial a los intereses económicos del país, tomando en cuenta que la gestión pasada se cerró con "cifras rojas" de 1.213 millones de dólares de déficit, atribuyendo esto a la brecha registrada entre importaciones y exportaciones del 2015.

Para el IBCE la solución a este conflicto queda clara, el crear nuevas políticas públicas para mejorar la productividad y la competitividad sistémica en Bolivia, para que las exportaciones vuelvan a crecer y no sigan cayendo las reservas internacionales del Banco Central de Bolivia (BCB).

Se puede salir del problema, impulsando las Exportaciones No Tradicionales (ENT) para dejar de depender de los recursos extractivos y no renovables. Además de reforzar las ENT resultaría estratégico para su rápida capacidad de reacción a corto plazo, su facilidad para generar divisas, su efecto multiplicador y su alta generación de empleo.

LIBERACIÓN

Para la Anapo es momento de que el Gobierno nacional pueda liberar las exportaciones de granos, principalmente de la soya, lo que permitirá a los productores ampliar la frontera agrícola, porque este sector garantiza la seguridad y soberanía alimentaria.

La propuesta es en respuesta a la solicitud del Gobierno nacional de poder ampliar la frontera agrícola, para aumentar el volumen de producción y consolidar a Bolivia como centro estratégico de la producción de granos, pero para ello se requiere la liberación de exportaciones y el uso de las biotecnologías para lograr ser competitivo.

Según los productores, la liberación de las exportaciones de granos, se convierte en el único mecanismo transparente, para permitir a los agricultores la negociación de un precio justo a su producción, porque según ellos, el mercado interno, no paga el precio adecuado por las políticas gubernamentales.

BIOTECNOLOGÍA

Para el grueso de los agricultores en Santa Cruz, uno de los principales pasos que debe asumir el Gobierno nacional es la incorporación en los proyectos agroproductivos de la biotecnología, que según ellos permitiría una mayor y mejor producción de los granos como la soya y el maíz.

Pese al discurso que maneja el Gobierno, la incorporación de la biotecnología en los cultivos modificados, son seguros para la salud, no daña al medio ambiente, ayudan a la sostenibilidad, generando beneficios para los agricultores y por ende a la economía del país, permitiendo la seguridad alimentaria, frente a los desafíos que trae el cambio climático.

Para los productores de soya y maíz, principalmente, el ingreso de la biotecnología permitirá que los cultivos no tengan que ser constantemente fumigados con pesticidas e insecticidas, por el constante ataque de insectos que no permiten el desarrollo adecuado de los alimentos, porque se tendría un grano resistente al ataque de estos males y reduciría considerablemente los costos y aumentaría la producción. Además que también se puede crear un grano resistente a la sequía, problemática que azotó al país, la gestión pasada.

En diciembre de 2016, el Gobierno estimó que hasta octubre de ese año el sector privado importó al menos 30.000 toneladas métricas (TM) de maíz para la producción avícola. En agosto anterior, el Presidente Evo Morales promulgó el Decreto Supremo 2860, que dispone la importación de algunos productos con arancel cero, en especial para maquinarias, insumos, fertilizantes, alimento para animales y semillas como respuesta a la eventual escasez en el mercado.

El grano que habría ingresado al país, según informe de los productores de Santa Cruz, era grano genéticamente alterado, es decir que fue tratado con biotecnología, y con un costo superior a lo que se vendía el producto nacional, afectando a los productores de Bolivia.

Un mal que tuvo que enfrentar la producción agrícola de Santa Cruz el 2016, fue el "gusano cogollero", que se introduce a la planta misma y no permite un desarrollo pleno del grano, viendo la necesidad de fumigar en varias ocasiones y poniendo en riesgo la salud de los consumidores, pero con la utilización de biotecnología se podría crear un grano resistente a este ataque y este departamento tiene los recursos y la capacidad.

LABORATORIO

El Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT) del Gobierno Autónomo Departamental de Santa Cruz, tiene en pleno funcionamiento el Laboratorio de Diagnostico Vegetal y Biotecnología, que podría ser la solución a los conflictos de producción que enfrenta el agro cruceño.

La labor que cumple este laboratorio es de análisis y diagnóstico de muestras vegetales para la detección oportuna de agentes causales de enfermedades, ácaros e insectos fitófagos y malezas, para aplicar medidas adecuadas de prevención, control y atención a estos problemas.

Gracias a la intervención del CIAT, Santa Cruz pudo actuar de manera oportuna y adecuada al ataque de la langosta que ingresaba al país, a principios de año, pero si bien se controló este perjuicio no desapareció del todo.

La implementación de la biotecnología para elaborar alimentos transgénicos, dependerá si el Gobierno nacional está decidido a aceptar la apertura de estas prácticas, para generar una seguridad alimentaria, que tanto se busca en Bolivia.

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