Si bien en Bolivia se estima que existen al menos 130.476 hectáreas de trigo sembradas en oriente y occidente, dentro las cuales el departamento de Santa Cruz es el mayor productor de trigo con más 78 mil hectáreas, al finalizar la campaña de invierno, los productores advierten sobre los posibles riesgos en la productividad de este cereal que en estos días fue afectada por las lluvias, el contrabando, las importaciones y el desincentivo a esta actividad agrícola que forma parte del principal alimento de la canasta familiar en todo el país.
Así la producción de trigo alcanza el 57,3% de la superficie cultivada a escala nacional y en este departamento se producen 360.000 toneladas de este grano. Paralelamente se dedican a este rubro en los departamentos de Potosí que ocupa el segundo lugar con 17.715 hectáreas, Cochabamba con 17.327 y en los departamentos de Chuquisaca, La Paz y Tarija la producción restante, de alrededor 80 mil TM, según datos del INE, sin alcanzar a cubrir la demanda nacional de trigo de 720 mil toneladas por año.
El resto de la demanda nacional de trigo y harina, en la actualidad se cubre mediante la importación de países como Estados Unidos de Norteamérica, Argentina, Paraguay según lo reporta el Instituto Boliviano de Comercio Exterior IBCE y la demanda restante por la vía del contrabando.
Al referirse a este tema, Reynaldo Diaz Salek, quien está al frente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y trigo ANAPO en la gestión 2015-2016, por segunda vez, sostuvo que ahora tiene el reto de representar a los productores, soyeros, maiceros, productores, trigueros y de girasol, por cuanto la agricultura es un rubro importante que dinamiza la economía boliviana y que genera en exportaciones 1.200 millones de dólares de derivados de soya como harina y aceite.
Sin embargo una de sus preocupaciones en la campaña de invierno de trigo se relaciona con el desincentivo al sector, ya que no se ha podido contar con ayuda efectiva para cubrir la demanda nacional de trigo, porque en los últimos meses se ha visto inundada por el contrabando y las importaciones para comercializar el trigo en el mercado nacional a precios más bajos de los que ofertan los productores nacionales y porque no llegan a cubrir los gastos operativos que se requiere en esta actividad y por ello es posible que muchos productores podrían dejar de producir en esas condiciones.
Aunque en la actual campaña de invierno pese a las dificultades la producción se ha incrementado a más de 150 mil hectáreas sembradas en un 30%, entre 60 a 70 mil toneladas de trigo, las cuales representan un 42% de la demanda nacional, la preocupación es grande porque en esta campaña se ha sufrido de las lluvias, humedad e inclemencias del tiempo, además del el ingreso trigo y harina por medio del contrabando y mediante la comercialización de “bagalleros” con polizas de mínima cuantía. El pasado año el precio por una tonelada de trigo rondó en 500 dólares americanos por TM el año 2014 y ahora solo se pagará 285 dólares americanos por TM y ello origina que el productor no llegue a cubrir los costos de producción y por ello esta situación desincentiva la campaña del próximo año.
Es de puntualizar que si bien el Estado mediante la empresa EMAPA incentiva a la producción con la compra de 100.000 TM a un precio de 285 Sus. TM es incierta la comercialización del excedente que este año llegó a 360 mil toneladas. A esto se suma la compra de parte de la industria molinera de 100 mil toneladas y el restante debería ser comprado y pagado al productor a un precio razonable, pero eso no sucede y “eso es catastrófico, ya que ha venido creciendo la producción de manera paulatina, pero ahora se la viene atrasando a comparación de otros años”, indicaba Díaz Salek y por ello piden al gobierno que se compre la harina de trigo sobrante de a los productores, mediante la empresa estatal.
Además los productores han tenido que afrontar las lluvias y combatir la enfermedad “piricularia” que este año afectó a los cultivos y eso es desalentador para los productores y por ello deberían tener más apoyo, porque así como está la situación, se estaría apoyado y fomentando a productores extranjeros y al contrabando y no así a los productores nacionales y a la soberanía alimentaria.
Preocupa a los productores también, que uno de los factores que distorsiona el ingreso de trigo por importación es el SENASAG que no exige los requisitos estipulados como es el registro fitosanitario de origen de la harina que ingresa de la Argentina y que por ahora con la devaluación de su moneda comercializan a precios más bajos en desmedro de la producción nacional, incluso por la competencia desleal de la harina boliviana que ellos producen en EMAPA.
El año 2006 se producía el 21% de trigo y este año se llegó a producir el 42%, no obstante ahora hay un excedente en la compra del grano de 200.000 TM que los productores piden que lo compre la empresa estatal.
Asimismo les preocupa la importación de otros países, para satisfacer la demanda de harina de trigo en Bolivia, porque es importante producir el trigo y la harina con soberanía, porque de lo contrario la producción podría desaparecer y esto eso sería de lamentar.
Sin embargo la campaña de invierno de trigo se realizó con éxito, pese a las dificultades como las bajas y altas temperaturas y por efecto enfermedades como la “Piricularia”; pero las buenas precipitaciones de lluvia beneficiaron a los cultivos y se pudo obtener entre 2.1 y 2.2 TM por hectárea, en comparación de otras campañas que no fueron buenas, pero en esta se desarrolló de manera positiva.
Actualmente la demanda interna de trigo es de 720.000 toneladas anual y Santa Cruz produce 360.000TM, en otros departamentos se producen 80.000TM ; todavía se deja una sobre oferta de trigo en el mercado nacional, pese al esfuerzo que hacen los productores por aportar a la seguridad y soberanía alimentaria.
Día Nacional del Trigo en Okinawa
Como todos los años, a fines de julio se realizó el Día Nacional del Trigo, en la colonia japonesa Caico en la población de Okinawa que se caracteriza por ser una de las primeras zonas productoras de trigo a gran escala a donde llegaron hace 60 años ciudadanos japoneses para incentivar la producción agropecuaria, luego del desastre nuclear de Hiroshima y Nagasaki. Se tuvo la presencia de más de 3 mil visitantes en esta oportunidad.
En el campo ferial se pudo apreciar los cultivos de trigo en parcelas demostrativas además de nuevos paquetes tecnológicos en el proceso de productivo mediante la transferencia de tecnología a los agricultores de parte de técnicos de la Anapo y de otras entidades privadas y estatales que se dedican a esta tarea.
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