Don Pedro Serrano cuenta que en esta época del año en Malcastaca, Camargo, los durazneros libran una batalla contra varios fenómenos climáticos. La helada y el granizo, cuya llegada es cada vez más impredecible, y la sequía ponen en riesgo la producción que garantiza la subsistencia de 73 familias en esta localidad del departamento de Chuquisaca dedicada a la producción de durazno.
Una de las parcelas de don Pedro se diferencia de las demás, ahí se yerguen las plantas bajo tenues rayos solares que se filtran a través de una malla antigranizo, la protección para una de sus amenazas. Cerca de ahí, las tierras de Grover Caracoles ya cuentan con un sistema de riego por goteo y chillchina, que optimiza el uso del agua en alrededor del 95%.
"Antes teníamos plantas mal formadas, producíamos en cantidad, pero no en calidad. Hoy hemos implementado la poda y esto ha generado un cambio profundo en nuestra vida (...). Cuando hago la poda en verde, toda la alimentación de la tierra va a los frutos”, explicó don Pedro Serrano al embajador de Alemania en Bolivia, Matthias Sonn, y a la directora de la Cooperación Técnica Alemana (GIZ) en Bolivia, Lissa Girrbach, durante su visita a Malcastaca, el pasado fin de semana.
La falta de agua es uno de los graves problemas en el Municipio de Camargo. A Malcastaca llega a los productores por turnos, es en ese momento que ellos riegan sus parcelas por inundación.
Grover Caracoles construyó un estanque para almacenar el agua y hacer el riego por goteo y chillchina en sus parcelas, lo que significa que reduce el desperdicio de este recurso, algo inevitable cuando se realiza el riego por inundación, una práctica tradicional en esta comunidad.
Los frutos, cultivados a 3.090 metros sobre el nivel del mar significan una promesa de mejores días para la comunidad, esto se ha logrado a través de la capacitación y la implementación de nuevas tecnologías para incrementar la productividad y rentabilidad de sus tierras.
En las siete cuencas
Ambas experiencias son una muestra de la estrategia de trabajo integral del Programa de Desarrollo Agropecuario Sustentable III (Proagro III), implementado por GIZ en siete cuencas hidrográficas piloto en los valles secos interandinos de cinco departamentos de Bolivia, entre ellos Chuquisaca.
La propuesta contribuye a que los sistemas agrícolas de producción bajo riego mejoren su resiliencia frente a los impactos del cambio climático a través del mejoramiento de la gestión de los recursos naturales, el uso eficiente del agua en riego, la producción agrícola productiva y rentable, y el desarrollo de la capacidad de adaptación.
Las variedades de durazno que se producen en Malcastaca son: ulincate amarillo, blanco, de partir y el común. La comunidad está dando los primeros pasos para conseguir la certificación ecológica. Ahora son los productores, que han aprendido e implementado estos cambios con el programa, quienes capacitan a sus pares en otras comunidades.
El embajador de Alemania quedó impresionado con la iniciativa y motivación de las comunidades en áreas productivas rodeadas por la deforestación, para mejorar su vida y al mismo tiempo proteger el medio ambiente. Para Sonn se trató de un encuentro con productores proactivos y que no esperan regalos, sino trabajar a través de la cooperación.
"Son proyectos que tienen el potencial para sostenerse después de la salida de la cooperación (alemana). He visto gente que articula muy bien sus intereses que no se sienta con la mano abierta diciendo: ‘¿Dónde está la ayuda?’. Es gente que quiere ayudarse a sí misma, es muy fuerte (...) muy inteligente y es en ese ámbito que la cooperación funciona”, detalló Sonn.
Innovación y cambio climático
La nevada es uno de los principales enemigos de los durazneros en Malcastaca, si llega a las plantas puede destruir un 80% de su producción o más. Cuando eso ocurre, las familias pasan la noche en vela tratando de que los árboles no se sometan a temperaturas bajo cero.
Para ello han implementado el uso de latas de 24 kilogramos con aserrín y diesel que, junto a algunos troncos, se ubican entre los árboles antes de encender fuego en ellas.
Dentro de las latas se estructuró un sistema similar al de una chimenea, que garantiza que, una vez encendido el fuego, arda hasta seis horas para dar calor a las plantas. La comunidad ha obtenido buenos resultados con esta práctica, pero desea a futuro implementar una tecnología que elimine la quema.
La innovación ha llevado a una transformación en ciertos comportamientos y costumbres de los productores. De dejar sus árboles con todos los duraznos y sus ramas, pasaron a podar en invierno y verano. Ahora no dejan todos los frutos, sólo los mejores; además, cuentan con termómetros para controlar la temperatura y reaccionar frente a cualquier fenómeno climático que amenace su producción.
Candelaria Serrano es viuda y tiene 800 plantas del durazno. Recuerda que en el pasado había más agua, que las estaciones eran más predecibles y que la primera vez que podó en su parcela lloró al dejar casi "desnuda” a su planta. "Ahora saco sin miedo, le digo charlando a la rama ‘vos te vas y vos te quedas’”.
La sequía es otro grave problema que afecta a todo el municipio de Camargo. La presa abastece a Malcastaca y hoy está prácticamente vacía, por ello la población se abastece de algunas vertientes de las cuencas. Actualmente, los asesores técnicos de Proagro III trabajan para determinar la cantidad de agua que necesita cada planta de durazno, tomando en cuenta las condiciones climáticas durante el año.
Ello se realiza con socios y aliados estratégicos con el Municipio de Camargo y la Gobernación de Chuquisaca en estas experiencias para que sean implementadas a través de programas del Estado.
En la zona se trabaja con cinco comunidades: Malcastaca, Tacomayo, Liquimayu, Quirpini y Carusla. "El trabajo integral de tecnologías de riego, manejo agronómico y altas densidades está enfocado a aumentar el rendimiento de la producción y, según nuestro indicador, es del 15%”, manifiesta el asesor técnico de Proagro III /GIZ, Jorge Ramírez.
Mejor calidad en el mercado
Por otro lado, el programa ha brindado muestras de cajas para la recolección, conocidos como capachos, y distribución para durazno. De esta forma se evita que los duraznos sufran golpes durante la cosecha y traslado a los centros de abasto de las ciudades.
Don Pedro explica que un productor dedicado que tiene 400 plantas de durazno puede lograr llenar una caja (de 18 kilogramos de fruta) por cada planta. Por cada caja obtendrá alrededor de 200 bolivianos; si esto se multiplica por las 400 plantas, da como resultado 80.000 bolivianos.
Para él, como para los otros productores, lo más duro en Malcastaca es el frío. "En cuatro o cinco horas se puede llevar todo nuestro trabajo, pero lo mejor de vivir aquí es el durazno”, finaliza Serrano.
Datos y detalles
Campo Los campos de acción de Proagro III se enfocan en la calidad y coordinación de proyectos públicos, formación continua, tecnologías e innovación.
Trabajo El trabajo que realiza Proagro III en las siete cuencas hidrográficas piloto dentro de los valles secos interandinos, en cinco departamentos de Bolivia, se realiza con la contraparte de municipios, gobernaciones, el Viceministerio de Recursos Hídricos y Riego y el viceministerio de Desarrollo Rural Agropecuario.
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