Hortalizas genéticamente mejoradas han sido introducidas al mercado local. No se trata de transgénicos, más bien de productos 100 por ciento naturales cuyo valor nutricional, resistencia a los cambios climáticos y rendimiento, han sido enriquecidos después de cerca de diez años de investigación por científicos bolivianos.
Cochabamba ha asumido el protagonismo en la producción de semilla mejorada de zanahoria y cebolla para su distribución al mercado nacional, explica el responsable del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf) dependiente del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, Hans Mercado Ríos.
El Iniaf a nivel nacional presentó 21 variedades agrícolas resistentes al cambio climático con el fin de contribuir y garantizar la seguridad alimentaria en Bolivia.
El resultado de las investigaciones se mostró en variedades de semillas de quinua, haba, maíz, amaranto, cebolla y zanahoria, cuyas características son resistentes al clima.
En Cochabamba las principales provincias productoras de semilla son Capinota (Playa Ancha, K’ara K’ara, Yatamoco), Sipe Sipe (Villa Montenegro, Tío Rancho) y Punata.
ZANAHORIA ALTIPLANO
Una de las variedades mejoradas es la zanahoria altiplano” cuya principal característica es la tolerancia al frío. Pueden ser cultivadas en verano en las zonas frías del país y en invierno en los valles.
La zanahoria altiplano es el resultado de doce años de investigación. Para registrar la variedad fue imprescindible cumplir con las pruebas de Distinción, Homogeneidad y Estabilidad (DHE). Hans Mercado señala que la variedad tiene que ser diferente a las variedades ya existentes. En la cosecha la mayor parte tiene que parecerse en forma y color, y sus características climáticas deben ser similares. Se realizaron pruebas en Tarija, Chuquisaca, Oruro y Cochabamba con resultados positivos.
Para la implementación de las hortalizas mejoradas en el mercado, el Iniaf ha establecido dos fases: una productiva y otra reproductiva.
La fase productiva es la siembra de zanahoria para la comercialización, y la fase reproductiva empieza cuando esa raíz se vuelve a cultivar para la recolección de semilla. El Iniaf ha introducido la fase productiva en Oruro y la reproductiva en la zona de los valles de Cochabamba.
Una de las cualidades de la nueva variedad es el alto contenido nutricional. “Si se parte la zanahoria se ve una corteza anaranjada que tiene un mayor contenido de beta-caroteno (precursor de la vitamina A)”, asegura Mercado. En tanto, el producto obtenido de las semillas importadas, cuya corteza es amarilla, tiene bajo aporte en vitamina A.
El rendimiento en las producción con la nueva variedad de zanahoria oscila entre el 98 y 99 por ciento, mientras que las siembras con semilla importada alcanza hasta un 70 por ciento; especialmente en la época de invierno.
A nivel nacional anualmente se produce cerca de 3 mil hectáreas de zanahoria. Para esa producción los agricultores necesitan cerca de 24 mil kilos de semilla. El Iniaf junto con otras instituciones que se dedican a la producción de semilla mejorada producen cerca de 7 mil kilos. Por lo tanto, existe un importante mercado cautivo que es aprovechado por los productos que llegan al país a través de la importación o del contrabando.
CEBOLLA GLOBOSA
La cebolla globosa es otra variedad de hortaliza que se ha logrado obtener para la producción local y nacional. Este ha sido -según Mercado- una importante contribución por el elevado índice de consumo en el país. Anualmente, se produce 10 mil hectáreas de cebolla roja.
La variedad de cebolla globosa tiene forma redonda, es de color rojo intenso, pesa unos 200 gramos y mantiene todas las propiedades positivas de este vegetal (diurético, depurativo, digestivo, reconstituyente, apta para el cutis como masaje facial y un efectivo tónico para la tos).
El rendimiento promedio de cebolla en Bolivia es de aproximadamente 8,7 toneladas por hectárea. La variedad globosa revolución ha registrado rendimientos de hasta 46 toneladas. Esto significa una mayor producción, optimización del uso del suelo, menores costos de producción y menores precios al consumidor.
El diagnóstico de la investigación determinó bastante variabilidad genética en la cebolla en el país. La diferencia se presentaba en una sola cosecha ocasionando grandes pérdidas para el agricultor en el proceso de selección (cerca del 20 por ciento).
El trabajo de investigación se realizó con 400 bulbos de cebolla durante ocho años. Tras ese tiempo se logró uniformar la variedad de la “cebolla bulbosa”.
La cebolla mejorada ha sido cultivada en diferentes zonas del país con resultados exitosos. En Cochabamba y Chuquisaca el rendimiento ha sido de 46 toneladas por hectárea.
Los especialistas aclaran que el resultado positivo de la producción implica, además de semilla de buena calidad, un adecuado manejo en el proceso productivo.
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