lunes, 24 de agosto de 2009

Soya puede ser un componente vital para seguridad alimentaria

• Viceministerio de Ciencia y Tecnología con apoyo de la Universidad Mayor de San Gabriel encara estudios para ese proceso.

El Gobierno, a través de un proyecto de industrialización masiva, pretende incorporar a la soya en parte vital de la seguridad alimentaria de la población boliviana. Además contribuirá a combatir la pobreza y la desnutrición.

Con la industrialización, se aprovechará toda la riqueza nutricional de la soya y con ello se mejorará las condiciones alimenticias de los bolivianos.

El viceministro de Ciencias y Tecnología del Ministerio de Planificación del Desarrollo, Róger Carvajal, afirmó que con la industrialización, además se busca fomentar el consumo interno, ya que en la actualidad casi toda la producción es exportada.

En el país, el potencial nutricional de la soya no es aprovechado en su verdadera dimensión, sobretodo en el occidente, por la cultura y hábitos alimentarios tradicionales y la ausencia de políticas de Estado, sostuvo la autoridad gubernamental.

Entre otros, este cereal con amplia producción en el departamento de Santa Cruz, contiene muchas proteínas y nutrientes que pueden ser incorporadas a la dieta de los bolivianos, sobre todo, niños, madres y adultos mayores.

“El Viceministerio de Ciencia y Tecnología hace esfuerzos para la transformación alimentaria en base a este cereal, inicialmente en tres componentes como la leche de soya, la harina y los nutrientes”, precisó Carvajal.

LECHE

No obstante, la leche de soya, en Bolivia no tiene mucha aceptación, por su peculiar sabor (picante).

La industrialización de este producto, precisamente busca superar esta deficiencia a través de esencias y saborizantes más agradables y mejor elaboradas.

Pese a esa peculiaridad, actualmente la empresa privada hace esfuerzos para popularizar el consumo de la leche de soya en la población boliviana.

HARINA

En cambio con la soya se pretende recuperar los valores nutricionales de la harina, que en el proceso de elaboración del pan sufre transformaciones químicas y con ello se eliminan sus nutrientes.

El proyecto de industrialización masiva de la soya en el país, tiene la valiosa participación del investigador de la Universidad Mayor Gabriel René Moreno, Edgar Marancenbaum.

La innovación del experto, es la elaboración de la harina desgrasada de la soya con características organolépticas.

La fabricación de esta harina tiene un proceso de alto consumo de energía y agua, y puede ser consumida directamente sin ningún tratamiento previo.

EXTRUSADOS

La industrialización de este producto, también incluye los extrusados (carne de soya), que ya se introdujo a la cocina boliviana. La empresa Montecristo de Tarija produce este extrusado.

Montecristo, que transforma la torta de soya en pasta texturizada con el nombre comercial de Mama Soja (carne vegetal envasada), llega a mercados internos y se apresta a exportar hacia Chile.

El Mama Soja, es similar a la carne vacuna en textura, color y sabor, con la diferencia que la carne vegetal es rica en nutrientes, cero colesterol y una presentación de lujo, competitiva a cualquier producto extranjero.

Según el Viceministro de Ciencia y Tecnologia, los extrusados pretenden ser una alternativa a la alimentación cotidiana de la población de Bolivia y el mismo puede competir con productos de Brasil y la Argentina. La duración de hasta 18 meses, sin que esté en refrigeración, es una de sus características centrales.

El proyecto no deja de lado el problema de la desertificación de suelos, que afectaría la producción agrícola entre ellos la soya.

Para el efecto, plantea asumir medidas concretar para combatir el cambio climático, principal causante de la desesertificación de suelos.

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