La escasez parcial de diésel que se registró en época de cosecha, la falta de una política de incentivo económico a los pequeños productores y el veto a las exportaciones son las principales causas que marcan la caída de la producción de maíz, de 986.419 toneladas a 633.500, en el último año.
Así lo informó Dina Montero, gerente de la Asociación de Productores de Maíz y Sorgo (Promasor), con ocasión del 6to Día Nacional del Maíz, que se desarrolló ayer en Sagrado Corazón, población norteña del municipio de San Pedro.
Montero aseguró que la restricción a la exportación del grano repercutió de manera negativa en el interés de los productores para seguir cultivando maíz. Otro factor que, según ella, condicionó el crecimiento del sector maicero fue la traba que los productores encontraron en los bancos al no poder acceder a créditos. “La inseguridad jurídica de la tierra hace que no sean sujetos de crédito”, señaló Montero.
En torno al veto a la exportación de maíz, la ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Julia Ramos, indicó que esa medida no se flexibilizará para garantizar la seguridad alimentaria. No obstante, comprometió ayuda para promover proyectos productivos que apunten a incrementar la producción no sólo de maíz, sino también de soya, sorgo y trigo.
El Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT), dependiente de la Prefectura cruceña, alista la liberación al mercado de la variedad QPM1, un maíz híbrido resistente a enfermedades y rico en proteínas. En las primeras evaluaciones alcanzó un rendimiento de seis toneladas por hectárea. Un convencional llega a cuatro.
Así lo informó Dina Montero, gerente de la Asociación de Productores de Maíz y Sorgo (Promasor), con ocasión del 6to Día Nacional del Maíz, que se desarrolló ayer en Sagrado Corazón, población norteña del municipio de San Pedro.
Montero aseguró que la restricción a la exportación del grano repercutió de manera negativa en el interés de los productores para seguir cultivando maíz. Otro factor que, según ella, condicionó el crecimiento del sector maicero fue la traba que los productores encontraron en los bancos al no poder acceder a créditos. “La inseguridad jurídica de la tierra hace que no sean sujetos de crédito”, señaló Montero.
En torno al veto a la exportación de maíz, la ministra de Desarrollo Rural y Tierras, Julia Ramos, indicó que esa medida no se flexibilizará para garantizar la seguridad alimentaria. No obstante, comprometió ayuda para promover proyectos productivos que apunten a incrementar la producción no sólo de maíz, sino también de soya, sorgo y trigo.
El Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT), dependiente de la Prefectura cruceña, alista la liberación al mercado de la variedad QPM1, un maíz híbrido resistente a enfermedades y rico en proteínas. En las primeras evaluaciones alcanzó un rendimiento de seis toneladas por hectárea. Un convencional llega a cuatro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario