Tomates hidropónicos. Una cosecha experimental que exitosamente llevó adelante la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB) a través de su Centro de Referencia de Agricultura concluye su comercialización en la ciudad y los saldos son donados a diferentes instituciones sociales.
La producción hidropónica de tomates en el campus universitario de Villa Armonía permitió cosechar, en un espacio de media hectárea, lo que habitualmente se produciría en varias hectáreas. Un cultivo experimental en invernadero puso en práctica la técnica intensiva hidropónica que ha permitido al Centro de Referencia Agrícola Intensiva Sostenible (CRAIS) de la Universidad Andina, importantes resultados que podrían ser utilizados e implementados en la región.
Mientras el tomate crece de forma natural en los países con climas tropicales y subtropicales, en países con climas templados, el cultivo se realiza en invernaderos de cultivo hidropónico que pueden ser de sustrato o de raíz flotante. La ventaja de cultivar el tomate en un cultivo hidropónico en ambiente controlado (invernadero) es evitar las pérdidas excesivas de agua por evaporación, control estricto de la temperatura, riego más efectivo, control de los efectos del viento y de la exposición directa a la luz solar y la capacidad de "aislarlo" de las posibles plagas, entre otras características ventajosas de cultivo, según refiere la teoría de este cultivo.
Esta novedosa producción se comercializó durante los últimos tres meses y por decisión de los ejecutivos de la Universidad los saldos están siendo donados a hogares, la cárcel, el Psiquiátrico y el Psicopedagógico, entre otras, según informó la asistente del área económica Laura Cardozo.
Tras esta experiencia, la Universidad Andina apunta a impulsar el cultivo hidropónico de pimientos.
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