Flora: Las plantas nativas de Bolivia, en algunos casos, se vieron desplazadas por el ingreso de estas nuevas especies.
Unas 93 especies foráneas ingresaron al país a lo largo de la historia. Algunas pueden considerarse como invasoras porque generaron daños al ecosistema y afectaron a otras especies nativas.
Estas plantas fueron registradas en una base de datos de la página web www.invasorasbolivia.com, elaborada por el Instituto de Ecología de la Carrera de Biología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
La docente de esta carrera Adriana Rico explicó que no sólo se puede considerar a los arbustos como especies invasoras, sino a los árboles y a otros vegetales. Dijo que, por lo general, una parte de las especies introducidas consigue formar poblaciones autosostenibles en la nueva localidad y se las llama “especies establecidas”.
El Convenio Internacional sobre la Diversidad Biológica determina que una especie invasora es aquella que prospera sin ayuda directa del ser humano y amenaza hábitats naturales o seminaturales fuera de su sitio de origen y ocasiona impactos económicos, sociales y ambientales. Entre algunas plantas invasoras que ingresaron al país están el pino, la retama, el eucalipto y la manzanilla.
También están los pastos africanizados que fueron importados para alimentar a las reses del oriente, incluso la manzanilla. Sin embargo, esta especie empezó a extenderse y a eliminar a otras plantas similares de origen nativo, porque requiere apropiarse de un espacio. Una de sus particularidades es, por ejemplo, que después de los chaqueos se reproduce más rápido que otras especies similares propias del lugar.
En general, las plantas exóticas empezaron a invadir sistemas naturales, donde tienden a excluir y reemplazar a las especies de hierbas nativas, incluso a algunas con calidad forrajera superior. Como consecuencia, esta invasión puede generar la pérdida de productividad agrícola y de biodiversidad.
El objetivo de la conformación de esta lista, que además incluye la de al menos 53 animales, es que el Estado tome la información y coordine acciones con los municipios afectados, de manera que se desarrollen estrategias para el manejo y conservación tanto de las especies foráneas como de las nativas.
La tupida retama fue utilizada para estabilizar los suelos
Las retamas son arbustos que pertenecen a la familia de las leguminosas Fabaceae. Son nativas de varias partes de Europa, pero fueron llevadas a infinidad de países del mundo como plantas ornamentales y estabilizadoras del suelo, por lo que a menudo se utilizan para repoblar y para estabilizar dunas de arena.
Su expansión en el país, sin embargo, invadió otras zonas perturbadas, como áreas taladas o quemadas, laderas erosionadas, bordes de carreteras, orillas de los ríos y terrenos agrícolas, además de áreas naturales como pastizales, matorrales costeros, montes abiertos y bordes de los bosques.
Estos arbustos tienden a formar matorrales densos impenetrables que desplazan a la vegetación nativa y constituyen un peligro de incendio. Aprovechan la ausencia de enemigos naturales, ya que su follaje es ligeramente tóxico y de sabor desagradable.
En su desarrollo, los pinos desplazan a otras especies
Desde el siglo XIX se introdujeron numerosas especies de pino, Pinus spp., en países del Hemisferio Sur. Sin embargo, esta especie desplaza a otras en el área donde es sembrada.
Los tipos que se adaptaban mejor y eran más productivos en cada hábitat eran utilizados para establecer plantaciones, y los gobiernos ponían en marcha iniciativas para desarrollar los sectores de la pulpa, el papel y la madera de los pinos en sus países, sin tomar en cuenta las consecuencias.
Actualmente, varias especies de pino son invasoras en la mayoría de los países de Sudamérica donde se introdujo este género.
Los impactos de los pinos invasores son evidentes especialmente en ecosistemas abiertos, como pastizales y sabanas, donde en muchos lugares se comprobó que también redujeron la humedad y bajaron el nivel freático, modificaron el paisaje, aumentaron el riesgo de incendio e impidieron la regeneración de los hábitats naturales.
Los pastos africanos se propagan e invaden la biodiversidad
Una serie de especies de gramíneas, también conocidas como pastos procedentes de África, fueron introducidas de diferentes partes del mundo con el fin de que sirvan de alimento para el ganado o para rehabilitar pastizales degradados por la sequía o el pastoreo excesivo.
En Sudamérica, unas 53 millones de hectáreas de selva tropical en la cuenca del Amazonas de Brasil fueron convertidas en praderas, al igual que unas 40 millones de hectáreas de sabana tropical nativa de Colombia, Venezuela y Brasil. Pero, más allá de la drástica pérdida de vegetación nativa por la conversión de las selvas y sabanas en praderas, esta planta se propagó sin control e invadió áreas naturales, donde supone una grave amenaza para la biodiversidad y donde causa cambios en los ecosistemas.
Antes de que se utilizaran como pasturas, sus pequeñas semillas aparentemente llegaron accidentalmente a América en productos importados.
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