Hay pruebas históricas del cultivo prehispánico de especies ornamentales, como Dahlia, Tagetes y otras en México, pero fue en los dos últimos siglos cuando un gran número de especies americanas se introdujeron al cultivo, primero en Europa y luego en Estados Unidos, muchas de las cuales han sido alteradas genéticamente. Entre las familias que han provisto un mayor número de especies, están las Aráceas, Bromeliáceas, Cactáceas y Palmeras. Otras familias de importancia comercial son las Amarilidáceas (Hymerocallis, Hippeastrum, Zephyranthes), las Compuestas (Cosmos, Tagetes, Zinnia), y las Solanáceas (Browallia, Brugmansia, Nierembergia, Petunia, Salpiglossis). Numerosos géneros en familias muy distintas contienen especies de cultivo extenso: Canna, cleome, Euphorbia, Fuchsia, Ipomoea, Salvia, Verbena. Revisten especial importancia las ornamentales originarias de América del Norte, de géneros como Calochortus, Gaillardia, Lewisia y otros, cuyo cultivo se inició en la época colonial y se expandió rápidamente a otras regiones templadas.
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