Su escasa cabellera blanca denota su experiencia. Es frontal y directo a la hora de cuestionar a la dirigencia del sector agropecuario. Apasionado por su trabajo, Herlan Villagómez, presidente del directorio Unión Agronegocios, afirma que su empresa se reinventa y apuesta por la transferencia tecnológica a los productores. Pese a los vaivenes del sector producto de una coyuntura adversa afirma que Santa Cruz seguirá siendo vital para el desa-rrollo del país.
¿Qué evaluación puede hacer del agro en la actualidad?
El año pasado fue difícil, la sequía nos complicó la parte agrícola y pecuaria. Las cosechas y siembras cayeron por la falta de agua y la ganadería sufrió por escasez de comida. En aves y cerdos disminuyó la producción de granos.
Pero pasa una cosa interesante, tenemos excedentes en pollos, cerdos y bovinos. Este año hay una marcada sobreproducción, eso demuestra que podemos exportar. Lo triste es que la parte sanitaria y los diferentes protocolos con otros países no terminan de cerrarse. Una vez suceda eso venderemos más carne, es un paso natural del mercado.
¿De qué manera afectaron las medidas estatales al sector?
En 2016 hubo un impacto negativo en el empleo por las políticas erradas del Estado. Las condiciones estaban para fortalecer la producción privada. Pero se disminuyó al sector, con el doble aguinaldo, no estoy en contra, pero creo hay que generar condiciones positivas en el sector para generar más inversión. Entonces, se detuvo la inversión y se generó expectativa negativa. La producción agropecuaria está en un entronque de temor. Además, la seguridad jurídica de las tierras no termina de resolverse. La cumbre de hace dos años no funcionó, fue una buena gestión, buenos discursos y nada más.
¿Qué necesita el agro en cuanto a políticas de Estado?
Tener ministros que entiendan lo que es producir. No se entiende a Santa Cruz y Beni. Podemos producir a gran escala, eso no sucede en el resto del país, pero si no hay comprensión a nivel político difícilmente se va a entender lo que hacemos. En los anteriores gobiernos, y en éste, la parte agropecuaria no fue entendida. Pese a que hubo ministros ligados el sector su alcance fue muy débil. Se necesitan políticas definidas y un Estado que ayude a vender nuestros productos.
¿Cómo calificaría el rol de la dirigencia del agro?
Hay debilidad dirigencial en generar propuestas. De la otra parte (Gobierno) percibo: ¡Sí te escucho, pero no te hago caso! Los productores y el Estado no estructuraron las cadenas productivas. En otros países hay acuerdos para sostener la producción, pero acá seguimos con el problema de que si no hay maíz, sube el precio y si sobra, baja.
Entonces, ¿el Gobierno que hizo?, prohibirnos exportar. Son parches, es el pan de hoy y el hambre para mañana. En la dirigencia hay una pobreza de propuestas que no trascienden. Percibo que a nivel dirigencial estamos amordazados por un poder político que se siente.
Su postura es muy dura con la dirigencia cruceña...
Es que la misma dirigencia castró a todos los dirigentes que pudo. Hay una mediocridad interna que no permitió perfilar nuevos líderes que ahora necesitamos. Hay una castración producto de grupos de poder que se encaramaron en los empleos de las cooperativas, que deberían ser semillero de líderes, pero se generó gente cómoda y no de lucha. Se acomodaron a la mediocridad castrante. No comparto con ellos, porque no son beneficiosos.
¿Como empresa qué han hecho ante este panorama?
Nosotros, frente a los problemas nos reinventamos. Me decía un gerente que cambiamos todos los días y sí cambiamos. Estamos con propuestas e ideas nuevas. Nos hemos abocado a la transferencia tecnológica: traerla y transferirla al campo. Formamos a nuestra gente afuera. Este año en la parte tecnológica invertimos en el desarrollo de un software de trazabilidad porque pensamos en la exportación que se va a dar por una presión de la sobreproducción del mercado. Este equipo permitirá tener una base de datos de los bovinos. Yo creo muchísimo en Bolivia
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