Con el fin de sembrar “la primera semilla” para generar una agenda nacional de políticas de seguridad alimentaria con enfoque urbano, delegados de 15 municipios del país se reunieron con actores públicos y privados en el encuentro “Ciudades que alimentan”.
El evento, organizado por la Fundación Alternativas, reunió el 25 de julio a Comités Municipales de Seguridad Alimentaria (CMSA) de diferentes urbes con representantes de bancos, universidades y organizaciones de la sociedad civil, así como de los gobiernos nacional y subnacionales, entre otros.
Los delegados conformaron mesas de trabajo para enfocar sus propuestas en cinco ejes temáticos: Agricultura Urbana, Emprendimientos Alimentarios, Educación, Gastronomía y Redes de Abastecimiento.
Las conclusiones de “Ciudades que alimentan” se presentarán posteriormente para su debate y validación con otros 28 municipios en el Encuentro Nacional de Ciudades y Áreas Metropolitanas, que se llevará a cabo este año en el marco de la implementación del Plan Multisectorial de Alimentación y Nutrición que busca implementar el Ejecutivo.
Patricia Pereira, del CMSA de Sucre, adelantó que en la mesa de Agricultura Urbana se concluyó que los proyectos relacionados con esa actividad pueden ser “una respuesta a la crisis de alimentos que puede surgir en cualquier momento en las ciudades”.
Agregó que en lo estratégico se debe trabajar “en la generación de datos para medir impactos y conocer si” el cultivo en centros urbanos “es viable”, mientras que en lo operativo se debe buscar la sostenibilidad en la provisión cuantitativa y cualitativa de insumos y el beneficio a las familias que tengan huertos “sin que se las perjudique con temas impositivos”.
En la mesa de Emprendimientos Alimentarios se convino en la necesidad de “compatibilizar” las normas para el sector de los tres niveles del Estado: central, departamental y municipal. “Existe una normativa que, en muchos casos, es incompatible y es necesario que los emprendimientos enfocados al tema alimentario tengan facilidades para ser formales”, sostuvo Raúl Arteaga, encargado del CMSA de Cercado.
El funcionario subrayó que en ese punto el gran problema en este rubro es “que el sector informal —el contrabando o empresas que no están debidamente constituidas— genera una competencia desleal” a los emprendimientos alimentarios formales.
Desde la mesa de Educación, Anabel Gutiérrez, responsable de Iniciativas Socio Educativas de la Fundación Alternativas, informó que las conclusiones dictan “que la educación en alimentación no puede basarse solo en el contenido nutricional sino también en las actividades culturales que están alrededor” de esa actividad. Por esta razón, sostuvo, “los orígenes de los alimentos, de la gastronomía y de la cocina en sí deberían estar integrados en el currículo” educativo.
En la mesa de Gastronomía, presidida por María Teresa Nogales, directora ejecutiva de Alternativas, se concluyó “que la información y la educación son importantes para generar hábitos alimenticios de calidad”.
“Si queremos ser sostenibles y competitivos, hay que generar (además) procesos de información para que la gente consuma alimentos ecológicos o rurales”, añadió Arteaga.
Nogales resaltó asimismo la necesidad de despertar el interés en las personas por la diversidad gastronómica a través de la academia. “Una gran ayuda son los medios de comunicación estatales, que llegan a gran parte de la población y que pueden ser utilizados como un mecanismo para transmitir esta información”, dijo.
A su turno, Javier Thellaeche, coordinador del CMSA de La Paz, indicó que en Redes de Abastecimiento se coincidió en que los gobiernos subnacionales “deben proveer infraestructura correcta” para la comercialización de alimentos “con base en una planificación territorial adecuada”.
“Ya hay mercados campesinos, proyectos de centros de acopio y ferias. La idea no es pensar todo desde cero sino promocionar y entender por qué algunos de los espacios funcionan y cómo se pueden replicar”, afirmó.
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