El Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf) prueba variedades de semillas de trigo de México, que soporten los problemas del cambio climático, para plantar tres variedades que cumplan con lo que el productor espera, afirmó ayer el director ejecutivo del Iniaf, Gabriel Hoyos, durante la “Quinta reunión nacional del trigo” realizada en el hotel Regina.
“Para el próximo año, esperamos hacer una evaluación de estas variedades y lanzar tres que cumplan con lo que el productor espera. Queremos producir y generar tecnología que anime al productor a producir trigo”, dijo Hoyos.
El Iniaf tiene a su cargo el programa de investigación nacional del trigo, que busca mejorar la cantidad y calidad del cereal en el país, que actualmente produce alrededor del 35 por ciento del consumo en 158 hectáreas; lo demás proviene de la importación.
Hoyos aseguró que los problemas en la producción se presentan en los precios de pago por el producto, lo que limita la producción; además, la semilla, muchas veces, es intolerante a los vientos y enfermedades.
Por ello, se tomó en cuenta la nueva variedad, que es biofortificada, capaz de adaptarse al cambio climático y al trabajo en la producción en ciclos más cortos y que no implique su pérdida, explicó Hoyos.
El coordinador del Programa Nacional del Trigo del Iniaf, Félix Marza, manifestó que la institución se encuentra en una etapa intermedia del proceso de investigación para implementar el componente tecnológico, que permita generar recomendaciones técnicas confiables de los factores bióticos, abióticos, sequías y heladas.
Marza agregó que la interacción entre los diferentes actores que producen trigo, aquellos involucrados en tecnología, autoridades nacionales e incluso internacionales serán fundamentales para lograr coordinar acciones conjuntas y certeras.
“La idea es producir trigo, queremos autoabastecernos, siguiendo la lógica de la soberanía alimentaria, ya que el trigo es el único producto del que somos dependientes, en el resto de los productos somos autosuficientes”, concluyó Hoyos.
Según datos del Iniaf, sólo el 35 por ciento del trigo consumido en Bolivia es cultivado en el país. El resto es importado, lo que devela un gran déficit en la producción. El objetivo de las investigaciones expuestas en el encuentro es revertir las importaciones al cero por ciento.
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