La castaña es muy rica en fibras. Por lo tanto, en caso de dieta, añádela a tu alimentación y acorta la sensación de hambre rápidamente. Permite facilitar el tránsito intestinal y reducir los gases. Su contenido en magnesio provee un efecto sedativo al cuerpo, relaja los músculos y participa en la transmisión nerviosa hacia el cerebro y la médula espinal. Asimismo, la castaña no contiene gluten. Entonces, las personas alérgicas a este componente pueden colocarla en sus comidas diarias.
Algunas investigaciones científicas demostraron que esta fruta permite bajar la tasa del colesterol nocivo para la salud. Sus grasas consisten en las insaturadas, es decir, las saludables. Rebosa de vitaminas del grupo B, lo que la hace partícipe en el funcionamiento óptimo del sistema nervioso e intelectual y previene la anemia. Se recomienda consumirla durante el embarazo, ya que reduce los riesgos de malformación del feto.
Es la fruta ideal para los deportistas porque provee una gran cantidad de energía por su riqueza en glúcidos. Sus tasas elevadas de potasio y magnesio son interesantes para aliviar los calambres que aparecen durante el esfuerzo físico.
SUS MODOS DE COCCIÓN SEGÚN TUS GUSTOS
UN TOQUE DELICIOSO EN TUS PLATOS
Si te gusta cocinar al vapor, coloca las castañas en una olla llena de agua y hiérvelas durante 5 minutos. Escúrrelas y pélalas, ya que es más fácil cuando están calientes. Otra opción consiste en la cocción al horno. Entállalas a un lado para evitar que exploten. Déjalas cocer durante 30 minutos. Pélalas una vez cocidas. Si deseas freírlas, entállalas antes de ponerlas en una sartén. Déjalas cocer con aceite durante 20 minutos.
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