domingo, 31 de mayo de 2009

El lisianto, la flor de los treinta días


Ante un mercado saturado de flores comunes como el clavel, la rosa y los gladiolos y por la crisis del sector, que afectó a empresas floricultoras tradicionales, un grupo de más de 80 familias del valle bajo de Cochabamba determinó unirse y producir nuevas variedades logrando éxito con una en especial: el lisianto.


Esta flor, también conocida como rosa americana, está copando el mercado nacional por sus características como colores llamativos y, sobre todo, por su duración en florero que es de 30 días con cambios de agua cada tres.


Los artífices son los productores de la asociación K’acha T’ika que empezaron con el cultivo el año pasado en las regiones de Bella Vista, Falsuri, Marquina, Chocaya y Mosoj Rancho. Viviano La Fuente, secretario de Gestión de la organización, fue el primero en sembrar y acaba de hacer el segundo corte.


La flor ha logrado captar nuevamente la atención de los compradores del país, especialmente en Santa Cruz, en la oferta cochabambina de flores que estaba atravesando un difícil momento.


La Fuente dice que el cultivo es además rentable para los productores porque no requiere tanta mano de obra como con la rosa, debido a que el lisianto no tiene espinos.

Importada
El lisianto es una planta originaria de las praderas húmedas de la zona meridional de Estados Unidos y del norte de México. Su introducción en Europa y Japón se hizo en los años 30 del siglo XX. A través de sucesivos programas de mejora, realizados en su mayoría por empresas japonesas, se obtuvieron flores blancas, rojas, albaricoque o con mezcla de colores y unas longitudes de 60 a 90 centímetros.


La Fuente dice que para conseguir la semilla, que es diminuta, una comisión de los productores cochabambinos viajó hasta Arequipa, Perú. Tras conseguirla, el trabajo fue arduo para lograr que los plantines desarrollen.


Finalmente, la planta logró habituarse bien en la tierra del valle bajo de Cochabamba y empezó a copar las áreas de cultivo con una gran variedad de colores.


Ahora, la flor se encuentra en los mercados locales tradicionales a precios accesibles.

Apuestan por las novedades

Mercado
Los productores de K’acha T’ika decidieron probar con nuevas variedades para lograr abrir mercados.

Lilium
Las flores llamadas lilium, también conocidas como azucenas, son otra nueva opción que pronto saldrá al mercado.

EXPORTACIÓN

La asociación K’acha T’ika (bella flor) fue creada con el objetivo cubrir la demanda especialmente del mercado externo.
La entidad pretende ampliar su zona de cultivo, que actualmente es de dos hectáreas, con unas 55 familias activas. Se espera que todos los afiliados a la asociación empiecen a producir para apostar por la exportación.


El secretario de Gestión de K’acha T’ika, Viviano La Fuente, dice que el mercado al que apuntan es Chile que tiene un requerimiento semanal de 400 cajas de flores. Cada caja contiene 10 paquetes con 25 unidades.


“La calidad que tenemos por el micro clima y el terreno es muy óptima. No tenemos nada que envidiar a la flor de Colombia. La particularidad de la rosa en Bella Vista es que perfectamente cada flor tiene entre 80 y 90 pétalos, mientras la flor ecuatoriana, que entra de contrabando, llega máximo a 35 pétalos”, explica La Fuente.

Ventana

“¿Cuándo las empresas son socialmente responsables?”

Hoy ya no debemos decir que la Responsabilidad Social de las Empresas (RSE) es un tema nuevo. Lo que está claro es que el tema tiene un recorrido suficiente para considerar que está asentado y que forma parte de manera directa o indirecta en la estrategia global empresarial. Sin embargo, también es cierto que hay numerosos aspectos por definir y numerosas dudas en cuanto a la aplicación práctica. Dicho de otra manera, una organización que aspire a ser “Socialmente Responsable”, ¿qué debe hacer?


En primera instancia, la RSE es un término que hace referencia al conjunto de obligaciones y compromisos, legales y éticos, tanto nacionales como internacionales, que se derivan del proceso empresarial, y que generan impactos en el contexto social, laboral, medioambiental y de los derechos humanos.


La RSE tiene una visión a largo plazo, por lo tanto no se trata de la caridad ni de la filantropía clásica, sino del interés propio por el entorno y su relación con los grupos que afectan o son afectados por la actividad de una empresa (stakeholders).


A su vez, y para ser socialmente reconocida, se debe comenzar con la elaboración y publicación de informes con las actuaciones responsables en los ámbitos laboral, social y medioambiental que han llevado a cabo durante el año.


En este sentido, y como ejemplo, será necesario evaluar el entorno de trabajo, desarrollar competencias para un buen ejercicio laboral, dar seguridad al empleado, conocer la satisfacción de los diferentes stakeholders, cumplir con normas medioambientales, minimizar residuos y emisiones, impulsar los códigos de ética en la gestión empresarial, informar de manera transparente e innovar en procesos más eficientes que reduzcan el impacto negativo en la sociedad, etc., y, si es el caso, restituir a la normalidad los daños provocados por una gestión que únicamente ha considerado la rentabilidad y la maximización de los beneficios de manera individualista.


En resumen, la RSE debe ser encauzada como un sistema de relaciones multidireccionales que buscan no solamente el beneficio empresarial, sino el beneficio para toda la comunidad.

Harold Tórrez | especialista en Gestión Empresarial

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