Por cada 100 llamas que son faenadas en Oruro para el consumo de su carne, apenas nacen 25. El repoblamiento de los camélidos se hace cuesta arriba porque la gestación de las hembras dura 13 meses y no hay políticas para atender al sector.
La mayoría de la población de llamas está compuesta por hembras. Por ejemplo, las tamas (grupo de llamas que pertenecen a una familia) están formadas por entre 120 y 200 ejemplares, pero los machos constituyen el 1 por ciento de este grupo y tienen la capacidad de fecundar hasta a 20 hembras cada uno, dependiendo de las características génicas.
El coordinador nacional del Proyecto Piloto Camélidos (PPC), Magín Herrera, señala que hasta ahora los proyectos ejecutados por los programas del Gobierno y las organizaciones no gubernamentales (ONG) no fueron de gran impacto porque no pudieron “enganchar” los eslabones de la cadena.
La mayoría de las ONG, programas y proyectos gubernamentales apoya la segunda y tercera escalas, que tienen que ver con la transformación y comercialización de los derivados, es decir, la fibra y la carne.
¿Qué es el componente primario? Este espacio está comprendido por la sostenibilidad del ganado, producción forrajera, agua, sanidad animal, repoblamiento de la especie, manejo integrado de las llamas, mejoramiento genético, investigación y transferencia tecnológica, capacitación y asistencia técnica.
Planes de negocios
Herrera sostiene que el Estado carece de políticas de manejo de camélidos, el único proyecto que apoya a este sector es el PPC, que a su vez funciona con apoyo del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Ministerio de Desarrollo Rural, Agricultura y Medio Ambiente.
En esta gestión, esta unidad pretende financiar 133 planes de negocios que serán realizados por las comunidades productoras.
El objetivo del proyecto es “concentrar” a los productores primarios con los transformadores, y a éstos con los comercializadores del producto.
“Los que proveen fibra o carne deben prever a quién vender, y los que transforman es preferible que tengan un mercado seguro, así funcionará el negocio”.
En 2006 fueron ejecutados unos 160 proyectos, aunque gran parte de su financiamiento no será recuperado.
La autoridad citó como ejemplo a la microempresa Cimat, que funciona en el municipio de Curahuara de Carangas, de la provincia Sajama, donde fueron instalados 13 telares. Cada máquina tiene la capacidad de producir cinco mantas por día, pero no puede cumplir este parámetro.
Para fabricar una manta se requieren 1,5 libras de fibra tratada de llama, y para obtener una fibra clasificada se requieren cuatro libras de vellón en bruto.
Esta microempresa rural debería producir a diario 65 mantas de llama, que equivalen a 390 libras de fibra fina de llama, empero, no tiene la capacidad de producir tal cantidad de materia prima porque de cada animal de raza thampulli se extraen dos libras al año, y de la raza q’ara, una libra en 24 meses.
Para Herrera, éste es uno de los factores que impiden el desarrollo de los emprendimientos económicos. “Lo mismo ocurre con la carne y la fibra, no existe una relación entre cadenas”.
El Plan de Negocios del PPC consiste en financiar planes de negocio por 2.500 dólares a las comunidades productoras. Hasta ahora fueron beneficiadas al menos 180 comunidades.
Ganadería competitiva
El departamento de Oruro tiene los mejores ejemplares. Las llamas de Choquecota pesan unos 170 kilogramos (peso vivo); en Huayllamarca, 160; en Turco y Curahuara 140; en Huachacalla, 145 kilos.
Esta información, recabada en las ferias de los municipios, revela que Oruro posee una ganadería competitiva que, a pesar de las condiciones adversas —la depredación de las praderas nativas y la falta de fuentes acuíferas—, pone a la región en el primer escalón de la producción de estos ejemplares.
El responsable del proyecto Fortalecimiento Integral y Sostenible de Camélidos (Fiscam), que depende de la Prefectura, Edgardo Atahuichi, señala que este año se tratará de fortalecer la crianza de camélidos en las 16 provincias del departamento, para lo que fueron diseñadas cuatro zonas de acción.
El Censo Nacional de Alpacas y Llamas levantado en 1999 por la Unidad Ejecutora del Proyecto de Camélidos (Unepca) da cuenta de que en Oruro hay 1.399.152 camélidos, de los cuales 1.205.823 son llamas y solamente 193.329 son alpacas.
La provincia que cuenta con más cabezas de ganado es Sajama, con 280.010 ejemplares; le siguen Carangas con 191.243 animales, y Atahualpa, con 156.205, y la provincia que posee menor cantidad de ejemplares es Tomás Barrón con 3.725.
En Oruro hay más llamas de la raza q’ara (1.004.182) mientras que los thampulli ocupan el segundo lugar con 201.641.
Bajo contenido de colesterol
Una de las principales cualidades de la carne de camélidos es su bajo contenido de colesterol y de grasa.
Recientes estudios demostraron este extremo; por ello, en varios centros gastronómicos de la ciudad de Oruro, la demanda por esta carne es creciente y la clientela no sólo es local.
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