Bioheuris, una compañía radicada en Rosario –el “Silicon Valley” biotecnológico argentino– recibió esta semana la confirmación por parte de las autoridades regulatorias locales que su proyecto para desarrollar una soya con resistencia a herbicidas con tres modos de acción distinta, no encuadra dentro de lo que sería un transgénico, lo que representa todo un hito para la ciencia argentina.
La publicación está contenida en la revista digital Agro Avances, que se edita en Santa Cruz.
Es que la tecnología de edición genética promete revolucionar el avance en el mejoramiento de las especies vegetales. “Básicamente lo que hacemos es modificar la proteína sobre la cual actúa el herbicida, con lo cual le provocamos la resistencia”, explica Carlos Pérez, el gerente general de Bioheuris.
El emprendimiento cuenta con dos años de vida y fue creada por Pérez, y sus colegas ingenieros agrónomos Lucas Lieber y Rinaldo Gosparini. La idea es utilizar tecnologías que permiten modificar la estructura genética de una planta, para conferirle nuevos atributos, sin necesidad de introducirle material genético de otra especie, rasgo que diferencia a esta tecnología de la transgénesis. La clave son las nucleasas, enzimas que permiten “editar” el genoma de la soya.
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