Científicos de Japón, China, Estados Unidos y España han identificado los cambios genéticos que han experimentado algunas plantas para convertirse en carnívoras.
En el estudio, que publica el lunes la revista Nature Ecology & Evolution, los biólogos descubrieron que adaptarse a suelos pobres en nutrientes con una dieta carnívora y sobrevivir, es un proceso evolutivo que se ha repetido de manera independiente en varias especies, a partir de un mismo conjunto de genes y proteínas.
Los investigadores, coordinados por M. Hasebe y K. Fukushima (Instituto Nacional de Biología Fundamental, Japón), S. Li (Universidad de Hong Kong, China) y Víctor A. Albert (Universidad de Buffalo, EE.UU.), han secuenciado el genoma de la planta Cephalotus foliculares.
Una planta originaria de Australia y que tiene diferenciadas las hojas insectívoras -unas trampas en forma de jarra para atrapar insectos- de las hojas no insectívoras.
El genoma de esta especie -la segunda planta carnívora con el ADN secuenciado, después de la Utricularia gibba- es relativamente grande, está formado por casi la mitad del genoma humano y los investigadores han identificado más de 36.000 genes.
Según explicó uno de los científicos españoles que tomó parte en el estudio, el catedrático de Genética, Microbiología y Estadística Julio Rozas, de la Universidad de Barcelona, "la capacidad de las plantas carnívoras para digerir animales en suelos empobrecidos es el resultado de la acción de la selección natural que ha promovido varios cambios genéticos sobre un mismo conjunto de genes".
Con el análisis comparativo de los genes en los dos tipos de hojas, la investigación ha identificado los cambios genéticos asociados con la dieta carnívora en plantas.
"Las hojas que atrapan insectos han adquirido nuevas funciones enzimáticas: la quitinasa básica, que rompe la quitina (el principal componente del exoesqueleto de los insectos), y la fosfatasa ácida púrpura, que libera los grupos fosfato de las moléculas y ayuda a movilizar el fósforo Según otro de los investigadores españoles, el profesor Alejandro Sánchez-Gracia, "aunque las plantas han desarrollado estrategias diferentes para capturar animales, la selección natural ha actuado a menudo de manera recurrente sobre los mismos genes para adquirir la capacidad de digerir la presa, un fenómeno que se conoce como evolución paralela".
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