La falta de lluvias afecta al ganado vacuno y camélido y a los cultivos de quinua y tubérculos.
La sequía causada por el fenómeno de El Niño golpea al altiplano paceño, orureño y potosino y a la región del Chaco. Los productores aseguran que sus efectos repercuten negativamente en la ganadería, la producción de hortalizas, y puede ocasionar la escasez de papa el próximo año.
Según un reporte del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), en el altiplano hasta la fecha hubo una precipitación acumulada de 35,3 milímetros, cuando la caída de lluvias alcanza en estas fechas a 78,2 milímetros.
Esto significa que el déficit de lluvias llega a un 55 por ciento en el altiplano. Los departamentos más afectados son Potosí, donde hasta el jueves sólo había llovido dos días, en Oruro uno y en La Paz tres.
En el Chaco la precipitación normal es de 127,3 milímetros y la acumulada en octubre sólo llegó a 1,2 milímetros. El porcentaje de déficit de lluvias en esa región es del 99 por ciento.
La Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas de Bolivia (CIDEC-Bolivia) lamentó la falta de un plan de contingencia del Gobierno para atender los problemas de la sequía y la helada que están golpeando a la agricultura y ganadería en el altiplano y el Chaco boliviano.
Primo Nina, presidente de la CIOEC-Bolivia, dijo que esa organización planteará al Poder Ejecutivo la creación de un seguro agrícola para que beneficie a los pequeños productores, quienes tienen en todo el país 775 organizaciones afiliadas.
“La sequía está afectando seriamente la producción de
maíz y al ganado vacuno en el Chaco, mientras que en el altiplano ha comprometido la siembra de papa, quinua, haba, alfalfa y el ganado camélido”.
La falta de lluvias afectará a más de 700.000 familias de agricultores de los departamentos de Tarija, Potosí, Oruro y La Paz, dijo el dirigente de productores agrícolas, y resaltó que tropiezan con falta de tecnología para la excavación de pozos de unos 30 a 40 metros de profundidad, que podrían ser un paliativo a la sequía que afecta a las regiones del Chaco y el altiplano.
En la provincia Lípez, sur de Potosí, este problema golpea a la producción de quinua y al ganado camélido. Mientras que las provincias Ladislao Cabrera y Abaroa de Oruro han comenzado a sentir los efectos en la papa, haba y alfalfa.
En las provincias paceñas de Aroma e Ingavi están en riesgo los cultivos de arroz, trigo, quinua y tubérculos.
La sequía causada por el fenómeno de El Niño golpea al altiplano paceño, orureño y potosino y a la región del Chaco. Los productores aseguran que sus efectos repercuten negativamente en la ganadería, la producción de hortalizas, y puede ocasionar la escasez de papa el próximo año.
Según un reporte del Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi), en el altiplano hasta la fecha hubo una precipitación acumulada de 35,3 milímetros, cuando la caída de lluvias alcanza en estas fechas a 78,2 milímetros.
Esto significa que el déficit de lluvias llega a un 55 por ciento en el altiplano. Los departamentos más afectados son Potosí, donde hasta el jueves sólo había llovido dos días, en Oruro uno y en La Paz tres.
En el Chaco la precipitación normal es de 127,3 milímetros y la acumulada en octubre sólo llegó a 1,2 milímetros. El porcentaje de déficit de lluvias en esa región es del 99 por ciento.
La Coordinadora de Integración de Organizaciones Económicas Campesinas de Bolivia (CIDEC-Bolivia) lamentó la falta de un plan de contingencia del Gobierno para atender los problemas de la sequía y la helada que están golpeando a la agricultura y ganadería en el altiplano y el Chaco boliviano.
Primo Nina, presidente de la CIOEC-Bolivia, dijo que esa organización planteará al Poder Ejecutivo la creación de un seguro agrícola para que beneficie a los pequeños productores, quienes tienen en todo el país 775 organizaciones afiliadas.
“La sequía está afectando seriamente la producción de
maíz y al ganado vacuno en el Chaco, mientras que en el altiplano ha comprometido la siembra de papa, quinua, haba, alfalfa y el ganado camélido”.
La falta de lluvias afectará a más de 700.000 familias de agricultores de los departamentos de Tarija, Potosí, Oruro y La Paz, dijo el dirigente de productores agrícolas, y resaltó que tropiezan con falta de tecnología para la excavación de pozos de unos 30 a 40 metros de profundidad, que podrían ser un paliativo a la sequía que afecta a las regiones del Chaco y el altiplano.
En la provincia Lípez, sur de Potosí, este problema golpea a la producción de quinua y al ganado camélido. Mientras que las provincias Ladislao Cabrera y Abaroa de Oruro han comenzado a sentir los efectos en la papa, haba y alfalfa.
En las provincias paceñas de Aroma e Ingavi están en riesgo los cultivos de arroz, trigo, quinua y tubérculos.
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