Atraídos por los buenos precios de la caña durante 2006 y 2007, los menonitas de la colonia Chorobi, próxima a la comunidad de Zanfranilla, unos 20 kilómetros al norte de la población de Cotoca, desde el año pasado comenzaron a plantar caña. Se estima que en la zona hay más de 500 hectáreas.
Son como unos 20 menonitas de esta colonia que tienen caña sembrada, según apunta Gregorio Nufeld, quien por primera vez ‘zafrea’ sus 80 hectáreas que plantó.
Lo cierto es que en esta colonia en cuyos campos hace algunos años se veían superficies inmensas de soya, girasol y sorgo, hoy lo que se ve en gran parte son cañaverales.
Nufeld hace 28 años que estaba dedicado al cultivo de la soya, pero en 2007 volcó parte de sus terrenos para la plantación de caña. De las 80 hectáreas solamente le quedan unas 17 por cortar.
Al igual que el resto de los demás menonitas, el trato es con un cañero que corta la materia prima y la transporta por su propia cuenta hasta el ingenio azucarero San Aurelio. El convenio es que debe pagar $us 6 por tonelada.
Otros menonitas aún tienen su caña sin cortar, tal es el caso de Jacobo Naifle. Sus tres hectáreas y media todavía están paradas y ya llegó la época de lluvia y no sabe si se la cortarán.
Jacobo Harder Wiebe, que tiene unas 32 h en sociedad con sus hijos, dijo sentirse apenado porque volcó todos sus esfuerzos en este cultivo y solamente sembró 6 hectáreas de girasol. Hace una semana que empezaron a cortar, pero llegó la lluvia y la que cortaron quedó en el suelo.
Para el gerente de Anapo Rolando Zabala, la decisión de los menonitas de cultivar caña es porque necesitan rotar los cultivos para aprovechar mejor el suelo.
Por su parte, Ivar Perales, productor del norte cruceño, dijo que la gran cantidad de caña sembrada beneficia a las industrias, pero perjudica a los cañeros, porque la materia prima baja de precio.
En Santa Cruz hay alrededor de 125.000 hectáreas de caña, 35.000 h más que hace dos años. Se estima producir más de 9,5 millones de quintales. El mercado interno consume el 70% y el resto se exporta. El precio internacional es de $us 330 por tonelada.
Por otro lado, el gerente de Promasor, Mamerto Cortez, reveló que en el Norte Integrado también hay un giro productivo porque varios soyeros ahora son maiceros por dos motivos: la recomendación técnica de hacer rotación de cultivos y los altos precios en el mercado internacional.
En invierno de 2008 se cultivo 87.000 ha (en 2007 sólo 40.000).
“Con la prohibición de exportar maíz por parte del Gobierno de nada sirven los buenos precios que alcanzaron”, protestó Cortez.
Datos de la colonia
- Diversidad. Los menonitas de la zona de Zafranilla aparte de la caña de azúcar cultivan soya, girasol y sorgo. Se dedican a la ganadería, algunos venden a la PIL su producción, otros fabrican quesos.
- Integración. Los menonitas se han integrado plenamente a las comunidades cercanas como Cosorió, Zafranilla y otras de la zona. A menudo se los ve en esas poblaciones. Los bolivianos trabajan con ellos.
- Buggies. Los carritos de cuatro ruedas tirados por dos caballos no solamente son de uso exclusivo de los menonitas sino también de los nacionales, pues son un medio de transporte barato y no contaminante.
- Igualdad. En la colonia menonita las mujeres también pueden manejar un vehículo, además contribuyen con su trabajo al bienestar de la familia. No se las ve solamente en la cocina, también ayudan al esposo.
Sigue el lío con el girasol y soya
Almacenar la siembra de invierno del girasol y la soya cuya cosecha ya comenzó, sigue siendo un problema para los agroproductores.
Esta situación también es dramática para los menonitas de la Colonia Chorobi, pues tienen grano de girasol incluso amontonado en sus patios, ante la falta de centros de acopio.
David Braun, dijo que han tenido que alquilar depósitos privados, pero que no son suficientes para albergar toda la producción.
Además les significa un costo adicional que encarece la producción.
Son como unos 20 menonitas de esta colonia que tienen caña sembrada, según apunta Gregorio Nufeld, quien por primera vez ‘zafrea’ sus 80 hectáreas que plantó.
Lo cierto es que en esta colonia en cuyos campos hace algunos años se veían superficies inmensas de soya, girasol y sorgo, hoy lo que se ve en gran parte son cañaverales.
Nufeld hace 28 años que estaba dedicado al cultivo de la soya, pero en 2007 volcó parte de sus terrenos para la plantación de caña. De las 80 hectáreas solamente le quedan unas 17 por cortar.
Al igual que el resto de los demás menonitas, el trato es con un cañero que corta la materia prima y la transporta por su propia cuenta hasta el ingenio azucarero San Aurelio. El convenio es que debe pagar $us 6 por tonelada.
Otros menonitas aún tienen su caña sin cortar, tal es el caso de Jacobo Naifle. Sus tres hectáreas y media todavía están paradas y ya llegó la época de lluvia y no sabe si se la cortarán.
Jacobo Harder Wiebe, que tiene unas 32 h en sociedad con sus hijos, dijo sentirse apenado porque volcó todos sus esfuerzos en este cultivo y solamente sembró 6 hectáreas de girasol. Hace una semana que empezaron a cortar, pero llegó la lluvia y la que cortaron quedó en el suelo.
Para el gerente de Anapo Rolando Zabala, la decisión de los menonitas de cultivar caña es porque necesitan rotar los cultivos para aprovechar mejor el suelo.
Por su parte, Ivar Perales, productor del norte cruceño, dijo que la gran cantidad de caña sembrada beneficia a las industrias, pero perjudica a los cañeros, porque la materia prima baja de precio.
En Santa Cruz hay alrededor de 125.000 hectáreas de caña, 35.000 h más que hace dos años. Se estima producir más de 9,5 millones de quintales. El mercado interno consume el 70% y el resto se exporta. El precio internacional es de $us 330 por tonelada.
Por otro lado, el gerente de Promasor, Mamerto Cortez, reveló que en el Norte Integrado también hay un giro productivo porque varios soyeros ahora son maiceros por dos motivos: la recomendación técnica de hacer rotación de cultivos y los altos precios en el mercado internacional.
En invierno de 2008 se cultivo 87.000 ha (en 2007 sólo 40.000).
“Con la prohibición de exportar maíz por parte del Gobierno de nada sirven los buenos precios que alcanzaron”, protestó Cortez.
Datos de la colonia
- Diversidad. Los menonitas de la zona de Zafranilla aparte de la caña de azúcar cultivan soya, girasol y sorgo. Se dedican a la ganadería, algunos venden a la PIL su producción, otros fabrican quesos.
- Integración. Los menonitas se han integrado plenamente a las comunidades cercanas como Cosorió, Zafranilla y otras de la zona. A menudo se los ve en esas poblaciones. Los bolivianos trabajan con ellos.
- Buggies. Los carritos de cuatro ruedas tirados por dos caballos no solamente son de uso exclusivo de los menonitas sino también de los nacionales, pues son un medio de transporte barato y no contaminante.
- Igualdad. En la colonia menonita las mujeres también pueden manejar un vehículo, además contribuyen con su trabajo al bienestar de la familia. No se las ve solamente en la cocina, también ayudan al esposo.
Sigue el lío con el girasol y soya
Almacenar la siembra de invierno del girasol y la soya cuya cosecha ya comenzó, sigue siendo un problema para los agroproductores.
Esta situación también es dramática para los menonitas de la Colonia Chorobi, pues tienen grano de girasol incluso amontonado en sus patios, ante la falta de centros de acopio.
David Braun, dijo que han tenido que alquilar depósitos privados, pero que no son suficientes para albergar toda la producción.
Además les significa un costo adicional que encarece la producción.
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