sábado, 18 de febrero de 2017

Crece importación de maíz transgénico de Argentina



El 2015 Bolivia importó 87 toneladas de maíz amarillo transgénico argentino, por un valor de $us 17.638; sin embargo, en 2016 la cifra se disparó hasta 98.000 toneladas, significando un gasto de $us 16 millones en el grano. Es decir, los productores nacionales dejaron de percibir esos recursos. En la actualidad se sigue internando legalmente y también vía contrabando.


Lo que llama la atención es que se trata de maíz transgénico, cuyo cultivo está prohibido en el país, pero que paradójicamente se permite internarlo para consumo humano.
A ello se agrega que el grano argentino se lo vende más caro que el nacional. Según se pudo corroborar en los diferentes mercados, el maíz importado cuesta entre Bs 65 y 71 el quintal y, es ampliamente requerido, mientras que el precio del producto nacional oscila entre Bs 60 y 65 y no tiene la misma demanda.


Así se lo comprobó en el mercado negro, donde comercializan este grano. En el km 7 y medio de la doble vía a La Guardia se observó una media docena de camiones provenientes del Chaco tarijeño comercializando el grano argentino rápidamente. La gente que compra avala el producto, pues asegura que es de calidad para la alimentación.

Competencia desleal
El presidente de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), Reinaldo Díaz, y el titular de los Productores de Maíz y Sorgo, Vicente Gutiérrez, ven una competencia desleal en el negocio, por lo que piden al Gobierno la aprobación en el uso de transgénicos.


“Este maíz es transgénico, el Gobierno está permitiendo la internación legal y también por contrabando. Aquí no se hace el esfuerzo necesario para controlar”, reclamó Gutiérrez.
Según el dirigente, este año la producción nacional abastecerá normalmente el mercado nacional, incluso en este momento hay maíz ensilado.


La producción de maíz en 2017 -siempre y cuando no sufra los ataques de las langostas- se estima en 103.000 hectáreas; el año pasado se sembraron 90.000 ha, pero los ataques de las plagas y la sequía afectaron más del 50% y se tuvo que recurrir a la importación.
Según el informe 2016 de la CAO, el rendimiento por hectárea llegó a 2,98 toneladas.
Por su lado, Díaz alertó que la mayor parte del maíz proveniente del vecino país es de contrabando, lo cual impacta en el sector. Pidió al Gobierno la aprobación del uso de la biotecnología para competir en condiciones iguales.


Al respecto, el gerente general del Instituto Boliviano de Comercio Exterior, Gary Rodríguez, dijo: “Por más que tengamos 77 clases de maíz como machaconamente algunos repiten hasta el cansancio, corremos el riesgo de seguir retrocediendo productivamente y hacer que otros ganen. Siendo que las malezas y el gusano cogollero son plagas endémicas ¿debemos resignarnos a seguir fumigando y fumigando, cuando la biotecnología permitiría producir con un maíz que se defienda de ello y de alta calidad, así como pasa con el maíz extranjero?”

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