Mientras que en Chapare, Santa Cruz, La Paz y otros lugares del país las lluvias causaron estragos, en el Chaco boliviano las precipitaciones han sido escasas y desparejas.
La falta de lluvias en estos dos primeros meses del año ya ocasionó que en algunos lugares haya pérdida de cultivos y que también haciendas ganaderas, ubicadas hacia la frontera con Paraguay, tengan problemas para abastecer con agua a sus animales.
En Lagunillas (Santa Cruz), se estima que los agricultores han perdido alrededor de 4.000 ha de maíz, según indicó el alcalde Hugo Burgos. Entre el lunes y el martes hubo una lluvia en la zona, sin embargo, Burgos sostuvo que ha sido demasiado tarde.
Lo propio sucede en el municipio vecino de Muyupampa (Chuquisaca) donde la falta de lluvias hizo que el 60% de los cultivos agrícolas se hayan secado, según consideró la alcaldesa Janeth Carvallo. “Se nos vienen días muy negros; en este momento está afectando la falta de choclo, y la sandía está totalmente con gusanos”, expresó preocupada.
En Villa Montes (Tarija) la situación tampoco es mejor. En las comunidades aledañas a esa ciudad, los agricultores perdieron cultivos de maíz, cítricos, y soya por la sequía.
Freddy Ríos, responsable de Desarrollo Productivo del Corregimiento Mayor de Villa Montes, estimó que el 80% de los cultivos se secaron porque las lluvias fueron irregulares. “Hay momentos que llueve intensamente y después un periodo largo que deja de llover; la temperatura sube y el aire del medioambiente se calienta. Esto hace que las plantas se deshidraten y el fruto se caiga”, apuntó.
En Caigua también hay pérdida de cultivos de maíz, sandía y soya. Úrsula Carrión mencionó que su hectárea de maíz, sembrada en diciembre, ya estaba en etapa de floración, pero por la falta de agua todo el cultivo se secó.
El martes una comisión de la Federación de Ganaderos del Chaco (FegaChaco) y funcionarios de la Alcaldía de Villa Montes, hicieron una inspección a zonas chaqueñas ubicadas en dirección a la frontera con Paraguay.
Según el presidente de FegaChaco, Javier Cuéllar, la situación es calamitosa en varios lugares. Las últimas lluvias que cayeron no llegaron a todas las comunidades y muchos ganaderos tienen problemas para proveer de agua a sus animales.
Los ganaderos están tramitando ante el municipio la declaratoria de emergencia, para que pueda haber recursos adicionales.
En Carandaití (Chuquisaca) el dirigente ganadero de la zona, Celestino Soruco, mostró el atajado comunal que en esta época debería estar completamente lleno, pero no llega ni al 10% de su capacidad.
Soruco expresó que si no cae más lluvia habrá pelea entre los vecinos por el agua de ese atajado, tal como sucedió el año pasado. Por ahora, la Prefectura chuquisaqueña perfora el primer pozo de agua en la gestión de Sabina Cuéllar.
Las abejas se mueren en zonas productoras de miel
La sequía que vive gran parte del Chaco boliviano ha hecho que cientos de abejas, de las colmenas de los productores apícolas de Taiguati, Chimeo, Tarairí, Tigüipa, Aguarai, Tucainti, entre otras localidades del municipio de Villa Montes, mueran.
Juan Cruz Carvajal, presidente de la Asociación de Apicultores Gran Chaco, dijo que el excesivo calor y por la falta de agua, una gran cantidad de abejas han muerto. “No hay miel, las abejas que han sobrevivido están migrando, abandonan las colmenas y se van en busca de otros lugares”, refirió con pesar.
EL DEBER pudo comprobar que en la colmena de una familia de Taiguati, que contaba con cinco cajas, ahora solamente quedan dos con pocas abejas, las demás perecieron.
El año pasado los 74 apicultores de esta asociación vendieron 11 toneladas de miel, a un precio de Bs 23 el kilogramo. Los mercados de esta miel chaqueña fueron las ciudades de Tarija, Santa Cruz, Sucre, La Paz, Oruro y Cochabamba. Cruz Carvajal lamentó que no haya miel para vender, pues era una alternativa de ingresos para las familias.
Criterios
Celestino Soruco
Ganadero de Carandaití
“Que el Gobierno destaque una comisión y verifique la situación que vive el Chaco, porque no hay más a quien pedirle; la mano de Dios está un poco retirada de nosotros; este año no ha llovido como llovía anteriormente. El municipio de Macharetí nos abandonó a nuestra suerte”.
Sandra Pérez
Agricultora de Caigua
“En enero, febrero y marzo son los meses cuando hay choclo para el consumo de las familias y también para vender, pero ahora no hay nada. Más de un mes sin llover y con un sol caliente, secó todo. Que las autoridades nacionales y departamentales nos ayuden a recuperar nuestras pérdidas”.
Javier Cuéllar G.
Presidente de FegaChaco
“En Los Galpones llovió un poco y se juntó agua en la huella de las ruedas que dejan los camiones en el camino, de ahí los ganaderos alzaron agua para llevar a sus animales. Es una situación crítica la que viven algunas zonas. No hay mortandad, pero el ganado está flaco”.
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