Según una encuesta realizada por el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario (Cedla), aproximadamente el 70% de los zafreros de la castaña del norte amazónico de Pando no cuenta con tierras.
El estudio también estableció que este sector vive en condiciones de pobreza extrema y sus ingresos continúan deteriorándose, debido a la reducción en los rendimientos del bosque y la baja en la demanda internacional de la castaña.
A pesar de ello, las autoridades de gobierno han anunciado una migración dirigida de 2.500 familias desde zonas occidentales del país hacia esta región, asegurando que el proceso de saneamiento de tierras permitirá esta dotación.
Actualmente, la fuente de ingreso más extendida entre las familias más pobres del norte amazónico de Pando es la recolección de castaña en el bosque, ocupando hasta 17 mil personas cada año, entre los meses de noviembre y marzo. Según la misma fuente, tan sólo el 31% de la fuerza laboral que se despliega en el sector es propietaria de tierras. Según el Cedla, es importante considerar que en el norte amazónico son necesarias, al menos, 500 hectáreas de superficie de bosque para que una familia campesina promedio reproduzca sus condiciones mínimas de vida realizando actividades extractivas. Según estas referencias se deduce que estas 2.500 familias necesitarían, al menos, 1.250.000 hectáreas de bosque, sin embargo, el Gobierno ha anunciado la dotación de tan sólo 250 mil hectáreas. Esta cantidad de bosque no permitiría más que reproducir condiciones de pobreza extrema, una depredación intensiva de los recursos naturales y el deterioro del ecosistema de la región.
Actualmente, las familias que realizan la recolección de castaña no viven en el área rural de Pando sino que se trasladan al bosque sólo en la temporada de zafra, debido a que esta es la única actividad rentable que se puede realizar en el bosque de manera sostenible.
El estudio también estableció que este sector vive en condiciones de pobreza extrema y sus ingresos continúan deteriorándose, debido a la reducción en los rendimientos del bosque y la baja en la demanda internacional de la castaña.
A pesar de ello, las autoridades de gobierno han anunciado una migración dirigida de 2.500 familias desde zonas occidentales del país hacia esta región, asegurando que el proceso de saneamiento de tierras permitirá esta dotación.
Actualmente, la fuente de ingreso más extendida entre las familias más pobres del norte amazónico de Pando es la recolección de castaña en el bosque, ocupando hasta 17 mil personas cada año, entre los meses de noviembre y marzo. Según la misma fuente, tan sólo el 31% de la fuerza laboral que se despliega en el sector es propietaria de tierras. Según el Cedla, es importante considerar que en el norte amazónico son necesarias, al menos, 500 hectáreas de superficie de bosque para que una familia campesina promedio reproduzca sus condiciones mínimas de vida realizando actividades extractivas. Según estas referencias se deduce que estas 2.500 familias necesitarían, al menos, 1.250.000 hectáreas de bosque, sin embargo, el Gobierno ha anunciado la dotación de tan sólo 250 mil hectáreas. Esta cantidad de bosque no permitiría más que reproducir condiciones de pobreza extrema, una depredación intensiva de los recursos naturales y el deterioro del ecosistema de la región.
Actualmente, las familias que realizan la recolección de castaña no viven en el área rural de Pando sino que se trasladan al bosque sólo en la temporada de zafra, debido a que esta es la única actividad rentable que se puede realizar en el bosque de manera sostenible.
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