La caída de los precios internacionales de la soya no ha espantado a los productores, que en vez de disminuir su área de siembra para la campaña de verano planean incrementarla. Así, de 560.000 hectáreas (ha) sembradas el año pasado, para esta campaña aumentará a 700.000 ha.
Jaime Hernández, gerente administrativo de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo), dijo que, pese a la caída de los precios internacionales, cree que la crisis financiera podrá ser controlada para que los inversores puedan recuperar la confianza en los mercados e influyan en la formación de precios.
En este sentido, sugirió analizar la oferta exportable de EEUU, porque los precios dependerán de los volúmenes estimados y las expectativas de siembra.
Otro factor que influye es que China está comprando más y aprovechando los precios bajos, lo que hace prever mejores valores a futuro y que persista la crisis alimentaria en el mundo; un factor que va a jugar un papel importante.
Gary Bejarano, encargado de la Unidad de Agronegocios y Mercados de Anapo, explicó que la soya todavía es rentable, pese al costo de producción por ha que es de $us 400, porque el rendimiento por ha es de 2 toneladas (t) (cerca de $us 800). La campaña de verano, considerada la más importante, arranca este mes, aunque en el norte y el este ya empezaron con la siembra.
Los granos que disminuirán su área sembrada son: maíz, sorgo y girasol, aunque no será en niveles alarmantes porque se debe hacer rotación de cultivo. En girasol, se prevén 240.000 ha para la campaña de invierno, este año se sembraron 304.000 ha.
Mamerto Cortez, gerente de la Asociación de Productores de Maíz, Sorgo y Frejol, precisó que se sembraron 242.000 ha de maíz, por las que se produjeron 986.000 t. Sin embargo, la campaña de verano está atrasada porque debieron haber sembrado en septiembre. “Todavía estamos en la incertidumbre de qué es lo que va a suceder, porque el Ejecutivo quiere manejar la política agropecuaria por decreto y además falta diésel”, reveló Cortez.
En cuanto a la incidencia de los precios internacionales, señaló que el efecto es indirecto porque se fija de manera interna. “Enfrentamos problemas este año porque el Gobierno nos perjudicó cuando podíamos generar importantes divisas. El daño está hecho, el maíz está almacenado y la caída de precios desmotivó a los agricultores”, resaltó.
Ricardo Monje, presidente de la Cámara de Exportadores de Santa Cruz, coincidió con Cortez en el sentido de que la situación de los maiceros hará que pongan sus ojos en otros sectores, debido a que muchos continúan con sus productos almacenados. “El veto a la exportación hizo que dejen de ganar $us 9 millones en el mejor momento de los precios internacionales”, aseveró.
Por su parte, William de las Muñecas, presidente del Colegio de Ingenieros Agrónomos de Santa Cruz, sugirió al Gobierno dictar políticas que lleven a fijar precios mínimos de las materias primas, habilitar financiamiento al sector productivo con tasas de interés atractivas, apoyar la compra de la producción y fortalecer los convenios multilaterales de comercio para establecer mecanismos de protección a los productos agrícolas.
La Emapa prevé cultivo de 300.000 ha
El Ejecutivo invertirá $us 25 millones en la compra de maquinaria agrícola para la Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa). El objetivo es que la empresa estatal empiece a producir trigo, arroz, soya y maíz en tierras que pertenecen a las Fuerzas Armadas y que, según el Gobierno, llegan a las 300.000 ha en Santa Cruz.
El Gobierno anunció que el dinero saldrá de un fondo de $us 100 millones creado por los países integrantes de la Alternativa Bolivariana de las Américas para la producción de granos básicos.
Emapa, la empresa estatal, realizó su primera cosecha con la producción de 3.482 t de trigo y 5.700 t de arroz.
Su director, Álvaro Rodríguez, indicó que la empresa, en primera instancia, impulsó la siembra de trigo, arroz, maíz y soya.
Sólo en arroz se trabajó con 2.059 productores en Santa Cruz y para este año se prevé hacerlo con 4.585 en el mismo departamento, en Beni y La Paz.
La empresa organiza e identifica a los productores y la superficie en la que se intervendrá, provee insumos bajo la modalidad de anticipo de pago de la producción y presta asistencia técnica gratuita. Asimismo, se encarga del transporte y acopio de la producción y compra la cosecha.
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