Sumado a los problemas de la elevación de precios de la harina de trigo, del pan de batalla, de la cebolla, del arroz, de la papa, del tomate, del pollo, de la leche, la mantequilla, del queso criollo, del huevo, del aceite y del fideo, el cultivo de trigo en el país sufrió una drástica caída el primer semestre del año y hace tambalear la economía de 100.000 familias, además que puede provocar un mayor incremento en los precios del pan en los próximos meses. Lo contrario ocurre con la importación de este producto, que se duplicó en la presente gestión.
Las cifras impactan por sí solas. Mientras en el 2006 la producción de este producto fue superior a las 166.000 toneladas, para este año la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) proyecta, en el mejor de los casos, unas 158.000 toneladas. En tanto el Gobierno prevé solamente 130.106 toneladas, lo cual representa un 23% de la demanda total del mercado.
El gerente general de Anapo, Rolando Zabala, indicó que la producción de trigo ha caído porque no hay incentivos a la actividad en el aspecto tecnológico, de comercialización ni mercadeo.
"Lo que requerimos para sembrar 500.000 hectáreas y poder abastecer la demanda del mercado es un fomento a la investigación científica, a la transferencia tecnológica, revertir los procesos de manejo de suelo en todos los valles y llanos con vocación triguera, financiamiento para cubrir los costos operativos de un programa de producción masivo de trigo y la eliminación del contrabando para evitar una competencia desleal", sostuvo.
Consultado sobre la ampliación temporal por tres meses del decreto que aplica cero por ciento del gravamen arancelario para importar trigo, Zabala manifestó que toda competencia desleal afecta al sector, porque anula cualquier competitividad a los productores nacionales, se desprotege la producción en desmedro de más de 100 mil familias campesinas rurales y, además, se incentiva el contrabando.
El criterio es compartido por el gerente de Planificación y Gestión de Anapo, Jaime Hernández, que asegura que el sector no tiene ningún apoyo gubernamental y que todo es un esfuerzo privado.
El presidente de la Asociación de Pequeños Productores de Trigo de Chuquisaca, Félix García, alertó que está en riesgo la producción y que hasta la fecha no hay políticas claras que favorezcan la producción nacional y todo apunta a masificar el contrabando y a una mayor importación. “La gente, en vez de producir trigo, está migrando. No hay un norte, aquí sólo se golpea al agro, que es el que produce la materia prima. El productor sufre los cambios climatológicos, por los precios ‘desleales’ y el contrabando. En realidad, lo que hace falta son políticas nacionales, la implantación de programas en los que se refiere a tecnología, financiamiento y planes para desarrollar las harinas compuestas. La ministra de Desarrollo Agropecuario apoya más a los contrabandistas que a la producción nacional”, enfatizó.
Por su lado, el Gobierno informó de que la producción anual de trigo en Bolivia llega a tan sólo 130.106 toneladas métricas, que representa el 23% del total que requiere la demanda del mercado interno, según un informe del Ministerio de Desarrollo Rural.
Este nivel de producción obliga a importar otras 370.000 toneladas del grano, porque el consumo neto asciende a 492.000 toneladas.
Asimismo, se dio a conocer que la demanda del grano en el mercado interno es de 600.000 toneladas. Esta cantidad supera en más de 100.000 el consumo anual.
Sobre un posible incremento de la producción, el viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, Álex Díaz Mamani, indicó que en 2008 el Gobierno tiene planificado desarrollar una política para el sector, fomentando la producción del grano.
No obstante, para este año el Gobierno, mediante el Proyecto Alianzas Rurales (PAR), ha transferido directamente a la Asociación de Productores de Trigo Totora (APTT) y a la Asociación de Productores de Trigo de Cochabamba (APT Cbba) Bs 344.992 para fortalecer la producción y comercialización de este producto.
Estas instituciones también recibirán asistencia técnica para la administración de estos recursos económicos, que sin duda aumentarán la producción.
Actualmente, la APTT vende 50 toneladas de trigo a la APT-Cbba, cantidad que se pretende incrementar a 144 toneladas con el apoyo financiero del PAR, para mejorar los rendimientos promedio por hectárea, de 1.500 kilos a 1.700.
La autoridad afirmó que la baja producción de trigo es debido a que en la región no existen condiciones climatológicas, por la situación geográfica de Bolivia en el hemisferio, la temperatura no debe ser demasiado fría en invierno ni demasiado elevada en primavera, ni durante la maduración del grano
Para incrementar la producción, la autoridad adelantó que se pretende desarrollar una investigación genético-científica del cereal para encontrar una variedad mejorada que pueda adaptarse a nuestro medio.
Si hay algo que mantiene la calma de los hombres de campo es que, más allá de la fuerte inversión, las adversidades climatológicas y la falta de políticas gubernamentales, ellos tienen esperanza en que las molineras Famosa y Modelo principalmente continúen comprando sus productos.
Antecedentes y las áreas productivas
* La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) certificó en anteriores años a Okinawa como la zona de mayor producción de trigo; después estaba la zona de expansión, entre ambas sumaban 38.000 hectáreas. El promedio de rendimiento estaba en el orden de dos toneladas por hectárea. Las colonias Okinawa I, II y III están ubicadas a 95 kilómetros de Santa Cruz. Hasta ese lugar llegaron los primeros inmigrantes, allá por 1945.
* En la actualidad, la zona integrada está compuesta por Chané - Peta Grande, con una producción de 24.000 hectáreas; Montero - Okinawa, con 12.000; la Central Integrada con 1.500 y la Sur Integrada con 1.500 haciendo un subtotal de 39.000 hectáreas. Mientras, la zona de expansión, que comprende Pailón sur, Pailón central, Tres Cruces, Pozo del Tigre, Cuatro Cañadas, San Julián y Guarayos, hace un subtotal de 16.200 hectáreas.
* Pese a que las cifras son mayores a las registradas hace cinco años, la producción actual debería ser casi el doble; sin embargo, la falta de políticas adecuadas hace tambalear al sector.
* Datos divulgados hasta el quinto mes de 2005, que manejó el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), como fuente oficial y elaborados por el IBCE, dicen que en esa fecha se importó el trigo duro y la harina de trigo por un valor de $us 8.180.000, para un volumen en kilogramos brutos de 47.536.664.
* El Estado boliviano sólo recauda $us 7 millones por concepto de gravámenes arancelarios de la importación de harina.
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