sábado, 7 de octubre de 2017

En Jorochito ‘brota’ la agricultura consciente


La agricultura sin agroquímicos ni transgénicos, y de alta productividad en pequeñas fincas ‘florece’ en Jorochito y en zonas aledañas, con el cultivo de vegetales y hortalizas de manera ecológica o “consciente”, como prefiere llamarla Michael Balarin, el empresario brasileño propietario de la Quinta El Manantial, que la edificó bajo estándares y tecnología que descubrió durante sus estudios en España.

El Manantial ocupa un terreno de 6,4 hectáreas, de las cuales solo dos se encuentran cubiertas por dos ‘naves’ o invernaderos aclimatados que cuentan con un regulador de temperatura automático que controla la humedad (arrojando gotas de agua a los cultivos) y la temperatura (abriendo o cerrando el techo). Pese a esto, estiman que su rendimiento por hectárea triplica al de la agricultura tradicional.

La quinta es autosostenible porque es capaz de producir sus propios fertilizantes, tiene tres piscinas destinadas a la captación de agua de lluvia, recicla los productos que no se venden o no cumplen con los parámetros de calidad, convirtiéndolos en repelentes o abonos, y no requiere de maquinaria porque su producción es manufacturada.

“Somos productores pequeños, por lo que tenemos que tener un alto rendimiento. Para eso somos rigurosos desde la selección de la semilla. Cuando se plantan, se realiza un control sistemático y diario de la evolución de los plantines, desde la punta de la hoja hasta las raíces, para cerciorarnos de que será fuerte y crecerá sin enfermedades”, explicó Balarin.

En la quinta se cultiva pimentón, tomate cherry, pepinillos, rúcula y albahaca, que tienen alta demanda en supermercados, restaurantes, hoteles, tiendas para público vegano y en las franquicias de comida que incluso les realizan auditorías de manera regular.

Los inicios
La introducción de un modelo de producción diferente y de nuevas variedades de hortalizas fue lo más difícil de sus inicios, reconoce Balarin, tales como el pimentón amarillo, los cuales adquieren ese color por su abundancia en antioxidantes, o como los tomates cherry, que son de un tipo más pequeño, pero rico en vitamina C y licopeno (sustancia que ayuda en la prevención de cierto tipo de cáncer). “Desde el inicio apuntamos a cuidar la salud del consumidor, pero también en la sostenibilidad del medioambiente”, asegura Balarin.

La producción

La inversión en la quinta El Manantial se estima en más de $us 2 millones, que en gran parte se destinó en montar la infraestructura ecológica. En total, las fincas son tres (las otras dos están dedicadas a agricultura tradicional), que hacen un total de 82 hectáreas, ubicadas en zonas geográficas a diferentes alturas.

A modo de referencia, Balarin destaca que en tomates tienen una producción que promedia las 190 toneladas por hectárea al año, lo que con el modelo tradicional se llegaría a 70 toneladas. “Nuestra capacidad triplica a lo tradicional y queremos duplicar la cobertura de los invernaderos”, añadió. El cultivo es escalonado, por lo que mientras en ciertas hileras las verduras se encuentran en maduración, en otras recién comienzan a florecer.

En el ingreso, los visitantes deben desinfectar su ropa y limpiar su calzado y en la antesala a los invernaderos hay dos grandes ventiladores que impiden el paso hasta del mínimo insecto que pueda poner en peligro el delicado equilibrio ecológico.


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