Desde las 9:00 del pasado lunes, cientos de productores campesinos mantienen bloqueado el ingreso a las cuatro industrias envasadoras de palmito existentes en el trópico de Cochabamba, demandando que sus propietarios incrementen en 0,60 bolivianos el precio del cogollo (tallo de palmito), que diariamente entregan a las plantas procesadoras.
"Lamentablemente las negociaciones con los empresarios, durante un mes han fracasado el viernes, porque ellos no ceden y los compañeros han decidido bloquear pacíficamente el ingreso a las plantas hasta lograr que nos suban de 1,40 a 2 bolivianos el precio del cogollo", informó ayer Julio Vargas, presidente de la Unión de Productores de Plantines y Palmito (Unappal).
Indicó que la protesta del sector busca simultáneamente que el Gobierno intervenga en la solución del conflicto, facilitando la importación a bajo costo de insumos agrícolas e industriales, que en muchos casos han subido en más del 100 por ciento.
"La mano de obra, los insumos agrícolas (químicos, insecticidas, herbicidas y otros), la canasta familiar y todo ha subido por encima del 50 por ciento, menos el precio de los tallos de palmito que entregamos", dijo el dirigente.
En la Cámara de Exportadores de Cochabamba (Cadexco) señalaron que la medida de protesta frente a las plantas paralizó desde el lunes la producción en la Fábrica Boliviana de Alimentos (Fabopal) de la localidad de Lauca Ñ; en Industrias Agropecuarias Tropicales (Indatrop) de "F " Tropical; en Bolhispania de Chimoré; y en La Selva de Ivirgarzama.
Negociación
Durante las negociaciones que comenzaron el pasado 1 de febrero, las industrias envasadora rechazaron el incremento inicialmente solicitado hasta 2,30 bolivianos por cogollo, porque no se ajusta a su estructura de costos, ni a los precios internacionales y ofertaron un precio base de 1,50 bolivianos, y dependiendo de la calidad del producto se abrió la posibilidad de llegar a un porcentaje mayor.
Los industriales indicaron que no pueden incrementar por encima de 1,50 bolivianos, debido a que en el último semestre los precios de la mano de obra, los envases, los insumos industriales se duplicaron y los precios internacionales se mantienen congelados con tendencia a bajar a partir de octubre de este año.
Con el propósito de establecer un acuerdo duradero sobre compra de materia prima que garantice los niveles de producción y exportación ya comprometidos, los industriales solicitaron la conformación de una comisión técnica que con participación del Ministerio de la Coca y Desarrollo Integral, se pueda establecer un incremento real en la compra de materia prima y definir políticas de Estado que respalden y fortalezcan al sector palmitero del trópico.
La Unappal representa a 56 asociaciones, diseminadas a lo largo y ancho del trópico, que globalmente aglutinan a 1.285 productores campesinos de palmito y cuya producción anual representa aproximadamente el 60 por ciento de los 11 millones de tallos de palmito que se cosechan anualmente.
Actualmente, la Unión cuanta con aproximadamente 2 mil hectáreas de palmito en pleno proceso de producción en las localidades de Eterazama, Villa Tunari, Shinahota, Chimoré y Entre Ríos, donde apoya toda iniciativa destinada a la expansión del cultivo.
Bloqueo ya genera pérdidas
Administradores de las cuatro envasadoras de palmito señalaron ayer que debido al bloqueo de sus fábricas y la suspensión del proceso productivo, dejarán de procesar unos 100 mil tallos de palmito al día, que en términos económicos representa una pérdida diaria de 300 mil bolivianos.
En Cadexco informaron que las medidas de presión de los productores de palmito ponen en riesgo la producción y exportación de palmito envasado a los mercados de Chile, Argentina, Estados Unidos, Francia, España y Alemania, que durante la gestión 2007 pagaron unos 9 millones de dólares por ese producto. Para este año las cuatro envasadoras de palmito proyectaron superar la meta de 10 millones de dólares en exportaciones.
La gerente general de Cadexco, Claribel Aparicio, advirtió que simultáneamente existe el peligro de perder grandes mercados debido a que los contratos de exportación suscritos por las cuatro envasadoras nacionales con importadores extranjeros hasta octubre de este año, corren el riesgo de ser incumplidos, si la paralización de actividades productivas se prolonga por más tiempo.
"Lamentablemente las negociaciones con los empresarios, durante un mes han fracasado el viernes, porque ellos no ceden y los compañeros han decidido bloquear pacíficamente el ingreso a las plantas hasta lograr que nos suban de 1,40 a 2 bolivianos el precio del cogollo", informó ayer Julio Vargas, presidente de la Unión de Productores de Plantines y Palmito (Unappal).
Indicó que la protesta del sector busca simultáneamente que el Gobierno intervenga en la solución del conflicto, facilitando la importación a bajo costo de insumos agrícolas e industriales, que en muchos casos han subido en más del 100 por ciento.
"La mano de obra, los insumos agrícolas (químicos, insecticidas, herbicidas y otros), la canasta familiar y todo ha subido por encima del 50 por ciento, menos el precio de los tallos de palmito que entregamos", dijo el dirigente.
En la Cámara de Exportadores de Cochabamba (Cadexco) señalaron que la medida de protesta frente a las plantas paralizó desde el lunes la producción en la Fábrica Boliviana de Alimentos (Fabopal) de la localidad de Lauca Ñ; en Industrias Agropecuarias Tropicales (Indatrop) de "F " Tropical; en Bolhispania de Chimoré; y en La Selva de Ivirgarzama.
Negociación
Durante las negociaciones que comenzaron el pasado 1 de febrero, las industrias envasadora rechazaron el incremento inicialmente solicitado hasta 2,30 bolivianos por cogollo, porque no se ajusta a su estructura de costos, ni a los precios internacionales y ofertaron un precio base de 1,50 bolivianos, y dependiendo de la calidad del producto se abrió la posibilidad de llegar a un porcentaje mayor.
Los industriales indicaron que no pueden incrementar por encima de 1,50 bolivianos, debido a que en el último semestre los precios de la mano de obra, los envases, los insumos industriales se duplicaron y los precios internacionales se mantienen congelados con tendencia a bajar a partir de octubre de este año.
Con el propósito de establecer un acuerdo duradero sobre compra de materia prima que garantice los niveles de producción y exportación ya comprometidos, los industriales solicitaron la conformación de una comisión técnica que con participación del Ministerio de la Coca y Desarrollo Integral, se pueda establecer un incremento real en la compra de materia prima y definir políticas de Estado que respalden y fortalezcan al sector palmitero del trópico.
La Unappal representa a 56 asociaciones, diseminadas a lo largo y ancho del trópico, que globalmente aglutinan a 1.285 productores campesinos de palmito y cuya producción anual representa aproximadamente el 60 por ciento de los 11 millones de tallos de palmito que se cosechan anualmente.
Actualmente, la Unión cuanta con aproximadamente 2 mil hectáreas de palmito en pleno proceso de producción en las localidades de Eterazama, Villa Tunari, Shinahota, Chimoré y Entre Ríos, donde apoya toda iniciativa destinada a la expansión del cultivo.
Bloqueo ya genera pérdidas
Administradores de las cuatro envasadoras de palmito señalaron ayer que debido al bloqueo de sus fábricas y la suspensión del proceso productivo, dejarán de procesar unos 100 mil tallos de palmito al día, que en términos económicos representa una pérdida diaria de 300 mil bolivianos.
En Cadexco informaron que las medidas de presión de los productores de palmito ponen en riesgo la producción y exportación de palmito envasado a los mercados de Chile, Argentina, Estados Unidos, Francia, España y Alemania, que durante la gestión 2007 pagaron unos 9 millones de dólares por ese producto. Para este año las cuatro envasadoras de palmito proyectaron superar la meta de 10 millones de dólares en exportaciones.
La gerente general de Cadexco, Claribel Aparicio, advirtió que simultáneamente existe el peligro de perder grandes mercados debido a que los contratos de exportación suscritos por las cuatro envasadoras nacionales con importadores extranjeros hasta octubre de este año, corren el riesgo de ser incumplidos, si la paralización de actividades productivas se prolonga por más tiempo.
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