Un estudio realizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) respecto a la producción de bioenergía a partir de recursos naturales en la región latinoamericana señala que existe un gran potencial para los cultivos energéticos.
Esa aseveración es contraria a la percepción generalizada de que no hay tierra suficiente, ya que el análisis dice todo lo contrario.
FAO y CEPAL elaboraron el estudio “Oportunidades y Riesgos del Uso de la Bioenergía para la Seguridad Alimentaria en América Latina y El Caribe”, en el mismo indican que existen tierras en la región para destinarlas para la producción de energías alternativas al petróleo.
“La percepción generalizada es que la tierra arable está totalmente ocupada o que existe poco margen para ampliarse a nuevos cultivos. Las cifras para América Latina y El Caribe demuestran lo contrario, es decir que existe aun un gran potencial para su aumento. Parte de esta tierra arable disponible podría ser utilizada para cultivos energéticos que si están acompañados de un paquete de políticas y programas bien diseñados, podrían ir en beneficio de millones de pequeños productores rurales que actualmente se encuentran en condiciones de pobreza, sin comprometer los bosques ni la seguridad alimentaria de la región”, señala parte del estudio.
Los Presidentes de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (CAINCO), y del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gabriel Dabdoub y Ernesto Antelo, respectivamente, se refirieron con satisfacción al estudo presentado hace poco por la FAO y Cepal.
Esas dos entidades promueven la producción de biocombustibles en Bolivia para su exportación, mediante la realización de foros regionales.
CAINCO e IBCE informaron en dos exitosos Foros realizados en las últimas semanas en las ciudades de La Paz y Santa Cruz que, de acuerdo a datos del Plan de Uso de Suelo (PLUS) en el caso de Bolivia, sobre un total de casi 110 millones de hectáreas disponibles, un 52% corresponde al área forestal; un 32% para ganadería y un 15% para agricultura, por tanto el potencial real sin agredir a los bosques, áreas protegidas ni al medioambiente- es de 16 millones de hectáreas, de las cuales en el momento actual solo están ocupadas cerca de 3 millones.
Esos datos concuerdan con el Estudio de la FAO y la CEPAL, cuando estas instituciones estiman incluso un potencial productivo mayor para la caña de azúcar, soya y otros, “considerando factores edafoclimáticos, ambientales y una tecnología de producción medianamente intensiva en tecnología e insumos”.
Según el Estudio de la FAO-CEPAL, los países con mayor potencial de expansión de la frontera agrícola para la producción de etanol en base a caña y maíz, son, en orden de importancia: Brasil, Bolivia, Argentina, Colombia, Paraguay y Uruguay.
En todo caso, CAINCO y el IBCE promueven la producción de bioetanol a partir exclusivamente de la caña de azúcar por varias razones: no competiría con la producción de alimentos; su balance energético es mucho mayor al del maíz (8 veces); además que la productividad del maíz es baja y no haría rentable el energético para su exportación.
Esa aseveración es contraria a la percepción generalizada de que no hay tierra suficiente, ya que el análisis dice todo lo contrario.
FAO y CEPAL elaboraron el estudio “Oportunidades y Riesgos del Uso de la Bioenergía para la Seguridad Alimentaria en América Latina y El Caribe”, en el mismo indican que existen tierras en la región para destinarlas para la producción de energías alternativas al petróleo.
“La percepción generalizada es que la tierra arable está totalmente ocupada o que existe poco margen para ampliarse a nuevos cultivos. Las cifras para América Latina y El Caribe demuestran lo contrario, es decir que existe aun un gran potencial para su aumento. Parte de esta tierra arable disponible podría ser utilizada para cultivos energéticos que si están acompañados de un paquete de políticas y programas bien diseñados, podrían ir en beneficio de millones de pequeños productores rurales que actualmente se encuentran en condiciones de pobreza, sin comprometer los bosques ni la seguridad alimentaria de la región”, señala parte del estudio.
Los Presidentes de la Cámara de Industria, Comercio, Servicios y Turismo de Santa Cruz (CAINCO), y del Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Gabriel Dabdoub y Ernesto Antelo, respectivamente, se refirieron con satisfacción al estudo presentado hace poco por la FAO y Cepal.
Esas dos entidades promueven la producción de biocombustibles en Bolivia para su exportación, mediante la realización de foros regionales.
CAINCO e IBCE informaron en dos exitosos Foros realizados en las últimas semanas en las ciudades de La Paz y Santa Cruz que, de acuerdo a datos del Plan de Uso de Suelo (PLUS) en el caso de Bolivia, sobre un total de casi 110 millones de hectáreas disponibles, un 52% corresponde al área forestal; un 32% para ganadería y un 15% para agricultura, por tanto el potencial real sin agredir a los bosques, áreas protegidas ni al medioambiente- es de 16 millones de hectáreas, de las cuales en el momento actual solo están ocupadas cerca de 3 millones.
Esos datos concuerdan con el Estudio de la FAO y la CEPAL, cuando estas instituciones estiman incluso un potencial productivo mayor para la caña de azúcar, soya y otros, “considerando factores edafoclimáticos, ambientales y una tecnología de producción medianamente intensiva en tecnología e insumos”.
Según el Estudio de la FAO-CEPAL, los países con mayor potencial de expansión de la frontera agrícola para la producción de etanol en base a caña y maíz, son, en orden de importancia: Brasil, Bolivia, Argentina, Colombia, Paraguay y Uruguay.
En todo caso, CAINCO y el IBCE promueven la producción de bioetanol a partir exclusivamente de la caña de azúcar por varias razones: no competiría con la producción de alimentos; su balance energético es mucho mayor al del maíz (8 veces); además que la productividad del maíz es baja y no haría rentable el energético para su exportación.
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