La reducción de la especulación y una mejora notoria en los precios son beneficios que la Empresa Boliviana de Almendras (EBA) produjo para los recolectores en los municipios del norte amazónico “donde interviene la empresa”, aseguró su presidente, Erlan Gamarra Jaime.
Creada el 29 de julio del año pasado, el objetivo de EBA es generar fuentes de empleo para mejorar las condiciones de vida de la población, coadyuvar al desarrollo de la región y contribuir a la soberanía productiva.
“Nuestra intervención en el área de producción de castaña ha sido percibida por los recolectores como una mejora en el monto de sus ingresos. La empresa estatal ha hecho que el resto de las empresas e intermediarios nivelen sus precios con los de EBA, e incluso a veces los superen. Esto es una forma de regulación de precios a favor de los que han sido los actores débiles del complejo productivo”, enfatizó Gamarra.
En tiempo de cosecha, el zafrero llega a sacar entre 100 y 200 cajas, es decir que estaría obteniendo entre 6 mil y 12 mil bolivianos. “Hay zafreros que ganan entre Bs 45 y 50, de acuerdo al negocio que tengan con los barraqueros o contratistas”, expresó el presidente de EBA.
Aseguró que para el indígena o campesino esta oportunidad de negocio le permite tener mayor control legal sobre su tierra, “hacen la recolección de forma independiente y negocian con el mejor postor”. Un comunario puede llegar a sacar también de 100 a 200 cajas, pero esta persona recibe en promedio de Bs 80 a 100 por caja,
Es así que hasta el 31de diciembre del pasado año se acopiaron aproximadamente 4.700 cajas de almendra (23 kilos por caja). Actividad que se realizó en seis municipios, beneficiando a 558 recolectores y sus familias en 22 comunidades. El precio promedio de compra de la caja fue de Bs 88.
De acuerdo con datos de EBA, las exportaciones de castaña que estaban en torno a los $us 30 millones hace cinco años han subido hasta alcanzar los $us 80 millones en los últimos dos años.
Gamarra estima que en su primer año de intervención EBA participará en el 7% de la producción total de castaña en Bolivia, que es el principal país exportador a nivel mundial.
Por otro lado, y a pesar de estar en proceso de estructuración, la empresa boliviana de almendras cuenta también con otros frentes de trabajo.
De acuerdo al ejecutivo de la empresa estatal, actualmente, se encuentran en la parte final del diseño de la planta de procesamiento y se está comenzando a lanzar las licitaciones para la supervisión de obras civiles, instalaciones que prometen estar entre las más modernas del país.
Además, se han suscrito acuerdos con comunidades campesinas e indígenas, asociaciones y cooperativas para la provisión de castaña y se han llegado a preacuerdos de venta en el mercado europeo.
De acuerdo al diagnóstico realizado por la empresa, entre noviembre y diciembre del 2009, se delineó una planificación de acopio para los meses de enero a marzo, que es donde ocurre el pico de la zafra y EBA pretende recolectar al menos 100 mil cajas de castaña.
La castaña con potencial exportable se encuentra en forma natural y silvestre sólo en los bosques amazónicos de Bolivia, Brasil y Perú,
No hay vías para transportar el producto
La carencia de vías de transporte adecuadas es una de las principales dificultades que ha identificado la Empresa Boliviana de Almendras (EBA) en el norte amazónico.
”La zafra de castaña coincide con la época de lluvias en la región amazónica. Muchos de los caminos se vuelven inaccesibles, evitando que el producto sea sacado a tiempo, y los costos productivos se elevan demasiado”, indicó Gamarra.
Los zafreros normalmente vienen de Riberalta o de Cobija, y se internan en el bosque tres meses o más. Los trabajadores son personas que han trabajado en el área hasta 15 años.
“No hay grandes secretos en el tema de la recolección, pero sí hay grandes peligros: la naturaleza misma, las enfermedades endémicas que hay como la malaria, dengue, picaduras de víbora e infecciones estomacales”, aseguró Gamarra.
En la selva, no existe condiciones salubres ni habitacionales para los recolectores.
Gamarra aseguró que mediante EBA el Estado toma en cuenta estas dificultades para coordinar con los ministerios correspondientes programas de salud, educativos y de vivienda que apoyen a los habitantes de estas regiones. “Somos como un canal que coadyuva a que otras mejoras puedan ser insertadas”, dijo.
Creada el 29 de julio del año pasado, el objetivo de EBA es generar fuentes de empleo para mejorar las condiciones de vida de la población, coadyuvar al desarrollo de la región y contribuir a la soberanía productiva.
“Nuestra intervención en el área de producción de castaña ha sido percibida por los recolectores como una mejora en el monto de sus ingresos. La empresa estatal ha hecho que el resto de las empresas e intermediarios nivelen sus precios con los de EBA, e incluso a veces los superen. Esto es una forma de regulación de precios a favor de los que han sido los actores débiles del complejo productivo”, enfatizó Gamarra.
En tiempo de cosecha, el zafrero llega a sacar entre 100 y 200 cajas, es decir que estaría obteniendo entre 6 mil y 12 mil bolivianos. “Hay zafreros que ganan entre Bs 45 y 50, de acuerdo al negocio que tengan con los barraqueros o contratistas”, expresó el presidente de EBA.
Aseguró que para el indígena o campesino esta oportunidad de negocio le permite tener mayor control legal sobre su tierra, “hacen la recolección de forma independiente y negocian con el mejor postor”. Un comunario puede llegar a sacar también de 100 a 200 cajas, pero esta persona recibe en promedio de Bs 80 a 100 por caja,
Es así que hasta el 31de diciembre del pasado año se acopiaron aproximadamente 4.700 cajas de almendra (23 kilos por caja). Actividad que se realizó en seis municipios, beneficiando a 558 recolectores y sus familias en 22 comunidades. El precio promedio de compra de la caja fue de Bs 88.
De acuerdo con datos de EBA, las exportaciones de castaña que estaban en torno a los $us 30 millones hace cinco años han subido hasta alcanzar los $us 80 millones en los últimos dos años.
Gamarra estima que en su primer año de intervención EBA participará en el 7% de la producción total de castaña en Bolivia, que es el principal país exportador a nivel mundial.
Por otro lado, y a pesar de estar en proceso de estructuración, la empresa boliviana de almendras cuenta también con otros frentes de trabajo.
De acuerdo al ejecutivo de la empresa estatal, actualmente, se encuentran en la parte final del diseño de la planta de procesamiento y se está comenzando a lanzar las licitaciones para la supervisión de obras civiles, instalaciones que prometen estar entre las más modernas del país.
Además, se han suscrito acuerdos con comunidades campesinas e indígenas, asociaciones y cooperativas para la provisión de castaña y se han llegado a preacuerdos de venta en el mercado europeo.
De acuerdo al diagnóstico realizado por la empresa, entre noviembre y diciembre del 2009, se delineó una planificación de acopio para los meses de enero a marzo, que es donde ocurre el pico de la zafra y EBA pretende recolectar al menos 100 mil cajas de castaña.
La castaña con potencial exportable se encuentra en forma natural y silvestre sólo en los bosques amazónicos de Bolivia, Brasil y Perú,
No hay vías para transportar el producto
La carencia de vías de transporte adecuadas es una de las principales dificultades que ha identificado la Empresa Boliviana de Almendras (EBA) en el norte amazónico.
”La zafra de castaña coincide con la época de lluvias en la región amazónica. Muchos de los caminos se vuelven inaccesibles, evitando que el producto sea sacado a tiempo, y los costos productivos se elevan demasiado”, indicó Gamarra.
Los zafreros normalmente vienen de Riberalta o de Cobija, y se internan en el bosque tres meses o más. Los trabajadores son personas que han trabajado en el área hasta 15 años.
“No hay grandes secretos en el tema de la recolección, pero sí hay grandes peligros: la naturaleza misma, las enfermedades endémicas que hay como la malaria, dengue, picaduras de víbora e infecciones estomacales”, aseguró Gamarra.
En la selva, no existe condiciones salubres ni habitacionales para los recolectores.
Gamarra aseguró que mediante EBA el Estado toma en cuenta estas dificultades para coordinar con los ministerios correspondientes programas de salud, educativos y de vivienda que apoyen a los habitantes de estas regiones. “Somos como un canal que coadyuva a que otras mejoras puedan ser insertadas”, dijo.
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