La Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) ponderó el trabajo del grupo de damas voluntarias Soya y Vida, que lleva adelante una labor integral a favor de diferentes hogares e instituciones sociales de Santa Cruz y las provincias.
El presidente de Anapo, Demetrio Pérez, resaltó el trabajo de las voluntarias que realizan su labor en las áreas de salud, calidad de vida, recreación, infraestructura y fomento a la alimentación con soya.
Enfatizó en el mensaje que maneja Soya y Vida, de complementar la dieta con proteína vegetal para que la alimentación diaria contenga los nutrientes necesarios, en calidad y cantidad.
Desde el 2002 funciona el Instituto Boliviano de la Soya (IBS), con los objetivos de desarrollar programas de nutrición en base a consumo de soya; usar tecnologías apropiadas, para el enriquecimiento de los productos alimenticios y efectuar campañas de concienciación, acerca del valor nutricional de la soya.
Para apoyar el programa de fortificación alimentaria, que cuenta con una ley de harinas compuestas (28-04-2004), que dispone la incorporación en su componente de sólidos elaborados con harina de trigo, un mínimo del 15% de cereales como ser soya, maíz, amaranto, cañahua y quinua o combinaciones compuestas entre éstos o en forma individual, para constituir la harina mixta “Bolivia Harina”.
“Tenemos que buscar la forma que primero se consuma soya en Santa Cruz, por ser un departamento productor”, sostuvo.
El presidente de Anapo, Demetrio Pérez, resaltó el trabajo de las voluntarias que realizan su labor en las áreas de salud, calidad de vida, recreación, infraestructura y fomento a la alimentación con soya.
Enfatizó en el mensaje que maneja Soya y Vida, de complementar la dieta con proteína vegetal para que la alimentación diaria contenga los nutrientes necesarios, en calidad y cantidad.
Desde el 2002 funciona el Instituto Boliviano de la Soya (IBS), con los objetivos de desarrollar programas de nutrición en base a consumo de soya; usar tecnologías apropiadas, para el enriquecimiento de los productos alimenticios y efectuar campañas de concienciación, acerca del valor nutricional de la soya.
Para apoyar el programa de fortificación alimentaria, que cuenta con una ley de harinas compuestas (28-04-2004), que dispone la incorporación en su componente de sólidos elaborados con harina de trigo, un mínimo del 15% de cereales como ser soya, maíz, amaranto, cañahua y quinua o combinaciones compuestas entre éstos o en forma individual, para constituir la harina mixta “Bolivia Harina”.
“Tenemos que buscar la forma que primero se consuma soya en Santa Cruz, por ser un departamento productor”, sostuvo.
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