El presidente de la República Evo Morales informó que su gobierno se encuentra barajando una serie de opciones para reducir la dependencia que el país tiene con la harina importada. Una de ellas es sembrar el cereal en las tierras de las Fuerzas Armadas.
“Históricamente, los gobiernos nunca fomentaron la producción de trigo. Siempre crearon dependencia. (...) Hay muchas propuestas que se van desarrollando desde el Ministerio de Agricultura (Desarrollo Rural) con créditos, inversiones en algunos sectores; con dar utilidad a las grandes extensiones de tierras que tienen ahora las Fuerzas Armadas, con la producción de trigo y un programa que permita ampliar la producción de trigo”, declaró Evo Morales en el Palacio de Gobierno.
Aseguró que Bolivia sólo produce el 20 por ciento del trigo que se utiliza para la elaboración del pan. “El 80 por ciento restante hay que importar. (...) Yo siento que el tema del trigo no va a ser coyuntural, va a ser un problema internacional. Los precios de estos alimentos han empezado a subir. Yo siento que algunos países prefieren reservar su producción para automóviles y no para el ser humano”, se quejó Morales, y se refirió al creciente uso del biocombustible en el mundo.
El Presidente recordó, además, que la Policía y las Fuerzas Armadas buscan evitar la salida ilegal de la harina importada, como parte de las medidas dirigidas a la lucha contra el contrabando.
Este año, el Gobierno se vio obligado a importar harina argentina para vender los quintales de forma directa a los panificadores a 165 bolivianos —en el mercado su costo supera los 200 bolivianos— y así evitar el alza del precio del pan.
Sin embargo, el Ministerio de Desarrollo Rural canceló un programa de donación del Gobierno de Estados Unidos, consisten- te en harina de trigo.
“Históricamente, los gobiernos nunca fomentaron la producción de trigo. Siempre crearon dependencia. (...) Hay muchas propuestas que se van desarrollando desde el Ministerio de Agricultura (Desarrollo Rural) con créditos, inversiones en algunos sectores; con dar utilidad a las grandes extensiones de tierras que tienen ahora las Fuerzas Armadas, con la producción de trigo y un programa que permita ampliar la producción de trigo”, declaró Evo Morales en el Palacio de Gobierno.
Aseguró que Bolivia sólo produce el 20 por ciento del trigo que se utiliza para la elaboración del pan. “El 80 por ciento restante hay que importar. (...) Yo siento que el tema del trigo no va a ser coyuntural, va a ser un problema internacional. Los precios de estos alimentos han empezado a subir. Yo siento que algunos países prefieren reservar su producción para automóviles y no para el ser humano”, se quejó Morales, y se refirió al creciente uso del biocombustible en el mundo.
El Presidente recordó, además, que la Policía y las Fuerzas Armadas buscan evitar la salida ilegal de la harina importada, como parte de las medidas dirigidas a la lucha contra el contrabando.
Este año, el Gobierno se vio obligado a importar harina argentina para vender los quintales de forma directa a los panificadores a 165 bolivianos —en el mercado su costo supera los 200 bolivianos— y así evitar el alza del precio del pan.
Sin embargo, el Ministerio de Desarrollo Rural canceló un programa de donación del Gobierno de Estados Unidos, consisten- te en harina de trigo.
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