Ante la sequía que asola los municipios chaqueños de Santa Cruz, Chuquisaca y Tarija y que hasta el momento ya ha causado la muerte de cientos de animales, motivó a las autoridades de la región a exigir que el Gobierno declare la zona en estado de emergencia.
En el caso de Cuevo, en la provincia Cordillera, los camiones cisterna contratados por la Prefectura no abastecen las necesidades de los 49 ganaderos de la zona, ya que el agua que es depositada en los atajaderos se consume rápidamente porque la tierra está seca y el calor que bordea los 36 Cº hace que el líquido se evapore súbitamente.
Carlos Boero, vicepresidente de la Asociación de ganaderos de Cuevo, sostuvo que por la falta de agua y de forraje, algunos productores ya han perdido el 5% de su hato, y se teme que la muerte aumente si no hay lluvias en los próximos días.
Ayer, en Cuevo esperaban la llegada de 20 toneladas de pastobol y cascarilla de soya comprometidos por la Prefectura de Santa Cruz; sin embargo, hasta finalizada la jornada, el envío no se hizo efectivo.
La situación también es dramática en Macharetí (Chuquisaca), donde Amos Venturi, presidente de los ganaderos del Chaco chuquisaqueño, afirmó que el traslado de agua desde Sucre se realiza 'a duras penas y es casi imposible’.
Félix Camargo, funcionario prefectural de Chuquisaca, indicó que tampoco hay agua en algunas quebradas.
En el municipio cruceño de Boyuibe, la sequía y falta de alimento siguen diezmando el hato ganadero.
Según el informe del Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (Senasag) cada día siguen muriendo vacas, pero que hasta ahora no se tiene un reporte exacto, ya que las propiedades son muy distantes.
La Prefectura cruceña, en su momento, señaló que asignó Bs 4,8 millones.
Villa Montes y municipios del valle registran pérdidas
Autoridades chaqueñas piden al Gobierno declarar estado de emergencia por las pérdidas que sufre la región debido a la sequía y los incendios.
El presidente del comité cívico de Villa Montes, Carlos Gutiérrez, exigió la intervención de las autoridades ante el momento crítico por el que atraviesa el Chaco tarijeño. La falta de agua ya causó la muerte de 1.500 cabezas de ganado vacuno y temen que los daños sean mayores. "La llanura chaqueña es un infierno que obliga a pedir ayuda nacional", sostuvo el dirigente ganadero Clive Sánchez.
En los valles cochabambinos (Pasorapa, Omereque, Aiquile, Mizque) también se registra una alarmante sequía que generó pérdidas económicas al sector agropecuario que verá mermada un 80% su producción de fin de año. /ANF
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