Con un avance del 98 por ciento, tanto en la construcción de infraestructura como en la instalación de maquinaria y con una inversión de 7,4 millones de bolivianos, la Unión de Asociaciones de Productores de Plantines y Palmito (Unappal) estima que su planta procesadora de palmito, instalada en la comunidad de San Isidro (Shinahota), iniciará operaciones productivas la segunda semana de mayo.
“Todo está listo, solamente resta que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos nos instale el servicio de gas natural industrial y el Gobierno apruebe un crédito de 2 millones de bolivianos como capital de operaciones, para iniciar inmediatamente”, dijo entusiasmado Vladimir Céspedes, gerente general de Unappal.
Explicó que la pasada semana fueron entregadas las obras de infraestructura construidas sobre una hectárea de superficie con una inversión de 4,5 millones y que comprende una nave de procesamiento, oficinas administrativas, almacenes, comedor y batería de baños.
Asimismo, la instalación de la maquinaria y equipo de producción y envasado de palmito, especialmente diseñados y construidos con los últimos avances tecnológicos por la empresa nacional Promaq, requirieron una inversión de 2,9 millones de bolivianos.
Resta financiar alrededor de 2,5 millones de bolivianos destinados a un capital de operaciones de 2 millones de bolivianos para el acopio de materia prima, envases y gastos operativos; 250 mil bolivianos para la instalación de gas natural industrial; 70 mil bolivianos para el mobiliario y equipamiento de la planta administrativa; y 250 mil bolivianos para obras civiles complementarias.
Dos de las cuatro industrias envasadoras de palmito que operan en el trópico se excusaron de emitir criterio sobre el impacto socioeconómico de la planta procesadora de Unappal.
Producción
El primer año de funcionamiento, la planta envasadora de palmito trabajará al 75 por ciento de su capacidad instalada para transformar 15 mil tallos de palmito día y envasar 975 mil latas del producto al año para su exportación. El tercer año, la planta trabajará al 100 por ciento de su capacidad, transformará 20 mil tallos día y envasará 1,3 millones de enlatados al año.
“Nuestro principal objetivo es producir palmito envasado para cubrir la demanda del mercado internacional y en menor porcentaje palmito fresco para el mercado nacional. En primera instancia pensamos que Argentina y Chile, serán nuestros principales mercados; posteriormente, previa certificación de normas internacionales estaremos en condiciones de llegar a mercados más exigentes como el norteamericano y europeo”, indicó Céspedes.
Actualmente, el directorio de Unappal recibe el apoyo institucional del Ministerio de Producción y Microempresa, Promueve y Pro Bolivia en la búsqueda de mercados y buenos precios a nivel internacional, en una temporada en la que la crisis financiera internacional amenaza con reducir precios y volúmenes de exportación.
Con el funcionamiento de la envasadora “Unappal busca mejorar los ingresos económicos de los productores, a través de la participación directa de estos en la transformación del producto”, señaló el productor.
Producción
6.500 familias son palmiteras
Unas 6.500 familias de pequeños productores se dedican a la producción de palmito con aproximadamente 8.500 hectáreas en producción diseminadas entre Villa Tunari, Shinahota, Chimoré, Puerto Villarroel y Entre Ríos. Un 60 por ciento de familias son afiliadas a Unappal.
Toda la producción de palmito es procesada por la Fábrica Boliviana de Alimentos (Fabopal) e Industrias Agropecuarias Tropicales (Indatrop), en Shinahota; Bolhispania en Chimoré; y Alimenta, en Puerto Villarroel.
Crisis | Reducen en 50% la compra de tallos de palmitos
Las cuatro empresas envasadoras de palmito en el trópico de Cochabamba se vieron obligadas a reducir en un 50 por ciento la compra de tallos de palmito e incluso disminuir de 1,50 a 0,80 bolivianos el precio del tallo, debido a varios factores, entre ellos la crisis financiera internacional que está reduciendo gradualmente la demanda de palmito envasado a nivel mundial.
“Existen productores que los últimos seis meses no han logrado vender su producción de tres a cuatro meses. Este problema está generando malestar entre los productores, quienes están viendo en la planta procesadora de San Isidro una alternativa que puede absorber toda su producción y garantizar buenos precios”, dijo el gerente general de Unappal, Vladimir Céspedes.
Explicó que evidentemente la exportación de palmito envasado al hemisferio norte disminuyó por la temporada de invierno que ya está concluyendo, pero que en la época de verano la demanda de los mercados de Estados Unidos y Europa se repondrá con grandes expectativas para la producción nacional.
Agregó que con la puesta en funcionamiento de la planta procesadora de San Isidro, todos los productores afiliados o no a Unappal tienen asegurada la venta de toda su producción y a buen precio, considerando que se trata de una empresa comunitaria, donde los productores son parte activa en el proceso de siembra, producción, transformación y comercialización nacional y exportación.
ANÁLISIS
“Es un proyecto de alto impacto para las familias”
El emprendimiento gestado por Unappal, con apoyo gubernamental en contraparte, al margen de cumplir con el propósito de miles de familias productoras de palmito del trópico cochabambino para contar con una planta procesadora propia, que les brinde todos los servicios encontrados hasta ahora en otras instalaciones, puede ser considerado un proyecto de alto impacto porque beneficiará de forma directa a los actores principales, que son las familias productoras.
El efecto a mediano y largo plazo además debería ser mayor por la representatividad que tiene la Unión en la zona, al aglutinar a casi la mitad de las familias productoras y por las características de la planta, de carácter comunitario.
Esto último es digno de resaltar porque se presenta como una alternativa nueva de relacionamiento y producción en la zona, aunque ya se han tenido experiencias parecidas, pero con diferentes aunque menores inversiones.
Siempre se ha evidenciado efectos positivos sobre las variables económicas locales porque se reducen algunos costos, se mejoran los canales de comercialización y la integración productiva en las primeras actividades del proceso genera además criterios de mejora de calidad y eficiencia productiva. Todo esto confluye gradualmente en mejores ingresos y desarrollo continuo.
La planta de Unappal representa además el proceso de maduración de casi una década de formar institucionalidad en el trópico, que puede ser denominado también como el incremento del capital social local.
Esta nueva planta que se suma a las otras cuatro empresas identificadas que procesan el palmito en la zona puede ser entendida además como un incremento de los servicios a la producción, que responde a las necesidades de los productores locales e incentiva la producción de palmito. En el futuro podría representar un incremento efectivo de la oferta procesada de palmito del trópico cochabambino ya que la demanda nacional y especialmente la demanda mundial del producto se ha visto en constante crecimiento los últimos años.
A largo plazo, el emprendimiento resultaría ser, si la demanda continúa en crecimiento y se mantiene o mejora la calidad del producto, un elemento clave para el crecimiento económico de la zona.
Rodrigo Paniagua | Director ejecutivo del Consejo departamental de Competitividad
“Todo está listo, solamente resta que Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos nos instale el servicio de gas natural industrial y el Gobierno apruebe un crédito de 2 millones de bolivianos como capital de operaciones, para iniciar inmediatamente”, dijo entusiasmado Vladimir Céspedes, gerente general de Unappal.
Explicó que la pasada semana fueron entregadas las obras de infraestructura construidas sobre una hectárea de superficie con una inversión de 4,5 millones y que comprende una nave de procesamiento, oficinas administrativas, almacenes, comedor y batería de baños.
Asimismo, la instalación de la maquinaria y equipo de producción y envasado de palmito, especialmente diseñados y construidos con los últimos avances tecnológicos por la empresa nacional Promaq, requirieron una inversión de 2,9 millones de bolivianos.
Resta financiar alrededor de 2,5 millones de bolivianos destinados a un capital de operaciones de 2 millones de bolivianos para el acopio de materia prima, envases y gastos operativos; 250 mil bolivianos para la instalación de gas natural industrial; 70 mil bolivianos para el mobiliario y equipamiento de la planta administrativa; y 250 mil bolivianos para obras civiles complementarias.
Dos de las cuatro industrias envasadoras de palmito que operan en el trópico se excusaron de emitir criterio sobre el impacto socioeconómico de la planta procesadora de Unappal.
Producción
El primer año de funcionamiento, la planta envasadora de palmito trabajará al 75 por ciento de su capacidad instalada para transformar 15 mil tallos de palmito día y envasar 975 mil latas del producto al año para su exportación. El tercer año, la planta trabajará al 100 por ciento de su capacidad, transformará 20 mil tallos día y envasará 1,3 millones de enlatados al año.
“Nuestro principal objetivo es producir palmito envasado para cubrir la demanda del mercado internacional y en menor porcentaje palmito fresco para el mercado nacional. En primera instancia pensamos que Argentina y Chile, serán nuestros principales mercados; posteriormente, previa certificación de normas internacionales estaremos en condiciones de llegar a mercados más exigentes como el norteamericano y europeo”, indicó Céspedes.
Actualmente, el directorio de Unappal recibe el apoyo institucional del Ministerio de Producción y Microempresa, Promueve y Pro Bolivia en la búsqueda de mercados y buenos precios a nivel internacional, en una temporada en la que la crisis financiera internacional amenaza con reducir precios y volúmenes de exportación.
Con el funcionamiento de la envasadora “Unappal busca mejorar los ingresos económicos de los productores, a través de la participación directa de estos en la transformación del producto”, señaló el productor.
Producción
6.500 familias son palmiteras
Unas 6.500 familias de pequeños productores se dedican a la producción de palmito con aproximadamente 8.500 hectáreas en producción diseminadas entre Villa Tunari, Shinahota, Chimoré, Puerto Villarroel y Entre Ríos. Un 60 por ciento de familias son afiliadas a Unappal.
Toda la producción de palmito es procesada por la Fábrica Boliviana de Alimentos (Fabopal) e Industrias Agropecuarias Tropicales (Indatrop), en Shinahota; Bolhispania en Chimoré; y Alimenta, en Puerto Villarroel.
Crisis | Reducen en 50% la compra de tallos de palmitos
Las cuatro empresas envasadoras de palmito en el trópico de Cochabamba se vieron obligadas a reducir en un 50 por ciento la compra de tallos de palmito e incluso disminuir de 1,50 a 0,80 bolivianos el precio del tallo, debido a varios factores, entre ellos la crisis financiera internacional que está reduciendo gradualmente la demanda de palmito envasado a nivel mundial.
“Existen productores que los últimos seis meses no han logrado vender su producción de tres a cuatro meses. Este problema está generando malestar entre los productores, quienes están viendo en la planta procesadora de San Isidro una alternativa que puede absorber toda su producción y garantizar buenos precios”, dijo el gerente general de Unappal, Vladimir Céspedes.
Explicó que evidentemente la exportación de palmito envasado al hemisferio norte disminuyó por la temporada de invierno que ya está concluyendo, pero que en la época de verano la demanda de los mercados de Estados Unidos y Europa se repondrá con grandes expectativas para la producción nacional.
Agregó que con la puesta en funcionamiento de la planta procesadora de San Isidro, todos los productores afiliados o no a Unappal tienen asegurada la venta de toda su producción y a buen precio, considerando que se trata de una empresa comunitaria, donde los productores son parte activa en el proceso de siembra, producción, transformación y comercialización nacional y exportación.
ANÁLISIS
“Es un proyecto de alto impacto para las familias”
El emprendimiento gestado por Unappal, con apoyo gubernamental en contraparte, al margen de cumplir con el propósito de miles de familias productoras de palmito del trópico cochabambino para contar con una planta procesadora propia, que les brinde todos los servicios encontrados hasta ahora en otras instalaciones, puede ser considerado un proyecto de alto impacto porque beneficiará de forma directa a los actores principales, que son las familias productoras.
El efecto a mediano y largo plazo además debería ser mayor por la representatividad que tiene la Unión en la zona, al aglutinar a casi la mitad de las familias productoras y por las características de la planta, de carácter comunitario.
Esto último es digno de resaltar porque se presenta como una alternativa nueva de relacionamiento y producción en la zona, aunque ya se han tenido experiencias parecidas, pero con diferentes aunque menores inversiones.
Siempre se ha evidenciado efectos positivos sobre las variables económicas locales porque se reducen algunos costos, se mejoran los canales de comercialización y la integración productiva en las primeras actividades del proceso genera además criterios de mejora de calidad y eficiencia productiva. Todo esto confluye gradualmente en mejores ingresos y desarrollo continuo.
La planta de Unappal representa además el proceso de maduración de casi una década de formar institucionalidad en el trópico, que puede ser denominado también como el incremento del capital social local.
Esta nueva planta que se suma a las otras cuatro empresas identificadas que procesan el palmito en la zona puede ser entendida además como un incremento de los servicios a la producción, que responde a las necesidades de los productores locales e incentiva la producción de palmito. En el futuro podría representar un incremento efectivo de la oferta procesada de palmito del trópico cochabambino ya que la demanda nacional y especialmente la demanda mundial del producto se ha visto en constante crecimiento los últimos años.
A largo plazo, el emprendimiento resultaría ser, si la demanda continúa en crecimiento y se mantiene o mejora la calidad del producto, un elemento clave para el crecimiento económico de la zona.
Rodrigo Paniagua | Director ejecutivo del Consejo departamental de Competitividad
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