domingo, 29 de septiembre de 2013

Origen, una marca registrada de la castaña en Manuripi

La frondosa selva de la Reserva Manuripi, con cientos de sendas cubiertas con hojas, que se descomponen para alimentar la tierra, alberga a uno de los más preciados frutos del norte amazónico boliviano: la castaña.
Allí, este fruto cae casi desde el cielo, pues nace a más de 30 metros del suelo, dentro de cocos de un árbol gigante.
Cinco comunidades de la Reserva Nacional de Vida Silvestre Manuripi, en el departamento de Pando (Curichón, San Antonio, Luz de América, Villa Florida y Chive) crearon la marca Origen, un sello que fortalece la actividad extractivista de la castaña y que se ha convertido en una marca registrada.
"El desarrollo del sello Origen se implementa desde 2012. Nos está yendo bastante bien y esperamos que de aquí a futuro sea un nombre consolidado que mejore los ingresos de las familias de la reserva”, señala el coordinador de WWF-Bolivia (Fondo Mundial para la Naturaleza), Víctor García.
Origen tiene la certificación internacional de CERES, que garantiza la cualidad orgánica y ecológica del producto para el mercado europeo y americano.
La segunda certificación corresponde a Fairtrade, o de comercio justo, un sello de garantía al consumidor que resalta "los valores éticos del producto”.
Estos respaldos han hecho que los recolectores logren un mejor precio de la castaña que recolectay y exportan.
Desde 2005 el fortalecimiento de esta cadena productiva se logró con fondos de la Cooperación Financiera Alemama (KfW), que apoya el proyecto en coordinación con el Servicio Nacional de Áreas Protegidas y otras organizaciones como WWF.
Castaña en el paraíso
Partiendo desde Cobija por la carretera que llega hasta Chive se arriba a la Reserva Manuripi, que tiene una extensión de 747 mil hectáreas. Después de atravesar el río Manuripi, por un camino de tierra, se transita por las comunidades que forman parte de Origen.
Una de ellas es Luz de América. Allí el paisaje es indómito, espeso, abrumador y sorprendente en el que jochis y aves silvestres se observan cerca de la carretera.
Ruth Vargas vive en las inmediaciones, entre los matorrales. Junto con su esposo y sus hijos se dedica a la extracción de castaña y al cultivo de fruta.
Luego de caminar varios minutos por una de las sendas, se llega a uno de los árboles de castaña. "Los cocos que llevan dentro los frutos caen desde enero a marzo. Es cuando aprovechamos este regalo que nos da la naturaleza. Caminamos por horas. Con el machete abrimos uno a uno los cocos para luego cargados a nuestra espalda y llevarlos a los payoles (una construcción de madera, cubierta por mosquiteros, donde ponen el producto a resguardo)”, relata la productora.
Minutos después, su esposo, Pedro Cabrera, dice, mostrando el payol, "hasta aquí transportamos la castaña para eliminar el exceso de humedad. Después, ya está lista para ser transportada”.
Ganancias y un futuro mejor
Como ellos, hay unas 80 familias directamente beneficiadas con el proyecto, que a su vez forman parte de la Asociación Campesina Extractivista de la Reserva Manuripi y de la Asociación Agroindustrial de Recursos Naturales del río Manuripi-Pando.
Este año vendieron 460 toneladas certificadas de castaña, lo que significa un ingreso económico de alrededor de tres millones de bolivianos y un plus para las comunidades de más de 400 mil bolivianos.
Según datos de estas asociaciones, del total de la castaña que se produce en Bolivia, entre el 15 y 20% proviene de la Reserva de Manuripi. En 2012 las exportaciones de castaña de todo el país generaron 150 millones de dólares.
"El oro que cae del cielo”
"A pesar del trabajo sacrificado y manual que realizamos con los frutos, ahora sabemos que vivimos en un lugar que tenemos que cuidar. Cuidar los árboles y todo lo que nos rodea para que como yo, mis nietos amanezcan con los cantos de los pájaros”, manifiesta Vargas.
Para ella cada coco de castaña contiene "oro caído del cielo”. Un tesoro escondido ahí dentro del monte que genera la castaña o nuez amazónica y que estos productores recolectan a vista y paciencia de monos, aves exóticas y, también, con algún encuentro lejano con felinos.
El coordinador de una de las asociaciones, Amador Apaza, cuenta parte de la impronta familiar de la recolección de castaña. "En la época de la zafra por delante va el padre, le sigue la madre y detrás van los hijos; por el rastro, así son sus usos y costumbres”.
Apaza explica que el reglamento aún permite que los tractores ingresen a la selva para ayudar con la extracción de la castaña.

Manuripi tiene paisajes sorprendentes. En un área que en el pasado fue dedicada a la extracción de la goma, hoy, cientos de personas subsisten trabajando de sol a sol recolectando castaña.

Al regresar a Cobija, la selva va quedando atrás hasta llegar a Porvenir. Las sendas cubiertas de hojas, los enormes árboles de donde cae la castaña y su gente quedan resguardados en Manuripi... hasta una próxima visita.

Datos de la Reserva Natural de Manuripi
Potencial El potencial certificado del territorio en las cinco comunidades que forman parte de la marca Origen tiene una capacidad productiva de 5.600 toneladas.
Personal Para controlar toda la superficie sólo se cuenta con cinco guardaparques y con ningún tipo de personal técnico. En el POA actual se tienen 11 ítems para guardaparques.
Creación La Reserva Manuripi fue creada el 20 de diciembre de 1973 con el objetivo de proteger una de las zonas más representativas de los bosques amazónicos. Posee gran belleza paisajística y uno de los niveles más altos de diversidad de vida silvestre en Bolivia.

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