“La cosecha es hasta mediados de julio, después se autorizaría de forma controlada la importación del tomate del Perú, verificando la calidad sanitaria”, informó Guillén.
Explicó que el objetivo es abastecer a la población de acuerdo a la Ley 144 que establece que el Observatorio Agroambiental “tiene que tener la capacidad de abastecer y verificar la capacidad y disponibilidad de alimentos en todo el país, entonces estos tomates es para que no suban (de precio)”.
Señaló que entre junio y julio reducirá la cosecha. El efecto ya se nota puesto que la caja de 45 libras aumentó en 8 bolivianos.
La libra se incrementaría en 0,50 centavos, anticipó.
Guillén aclaró que antes de autorizar la importación se hará una evaluación para que no afecte a los productores nacionales.
Reconoció que Bolivia no tiene genética para producir tomate todo el año y dijo que hay un programa del Instituto Nacional de Innovación Forestal para importar semillas con genética para producir todo el año.
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