“Tenemos una dificultad, la gente siempre infla, nos han reportado un daño de 30 mil hectáreas, pero cuando hemos verificado apenas esto llega a 10 mil hectáreas”, señaló.
El seguro agrario universal está orientado a proteger los daños provocados por la helada, inundación, sequía y granizada a cultivos sembrados en los municipios con mayores niveles de extrema pobreza.
El fin del seguro es que los productores afectados puedan sostener a sus familias en los meses siguientes. Cada agricultor puede asegurar hasta tres hectáreas. El seguro está subvencionado con recursos del Tesoro General de la Nación (TGN) en un 100 por ciento. Para ser beneficiarios, los agricultores afectados deben anotarse en el Registro Agrícola Comunal (RAC) del Instituto del Seguro Agrario (INSA).
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