An Yanshi, un extravagante empresario que promociona este original producto disfrazándose él mismo de panda, obtiene el singular fertilizante de dos reservas naturales de estos animales situadas en el oeste de China.
Los pandas son una magnífica fuente de abono, cuenta el emprendedor, porque "comen y defecan sin cesar", y "sus excrementos son ricos en fibras y nutrientes, por lo que aportarán al té un sabor exquisito y un aroma distintivo y especial". An dijo que intenta contribuir a la mejora del medio ambiente.
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