Morales dijo que la producción de trigo en Bolivia llegaba en 2006, su primer año de gestión, sólo a 68.000 hectáreas, contra las 130.000 hectáreas que se cultivan en la actualidad.
Anunció que se acordó pagar este año a los productores que participen directamente en la producción 340 dólares por tonelada, y a los que no participen directamente, 320 dólares, 20 dólares más que el año pasado, en ambos casos.
Morales recordó que Estados Unidos y Canadá donaban bolsas de trigo que eran monetizadas por los gobiernos de turno. “Como donaban, nos han creado una dependencia total y en Bolivia apenas producíamos cerca del 20 por ciento para el mercado interno y el 80 por ciento era compra o donación para hacer el pan”, recordó, e insistió que con las políticas de subvención y los incentivos a los productores esa situación cambiará.
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