martes, 26 de septiembre de 2017

Semilla transgénica enfrenta a productores y ambientalistas

Mientras los productores del oriente boliviano ratificaron su demanda de utilizar semillas genéticamente modificadas en los cultivos de soya, maíz y algodón, la entidad privada, Productividad Biosfera Medio Ambiente, Probioma rechazó de plano los cultivos transgénicos en el país.

De este modo, las posiciones se polarizaron después de que ambas partes participaron en un reciente conversatorio, auspiciado por el Colegio de Ingenieros Agrónomos de Santa Cruz (Cinacruz).

COEXISTENCIA

Los productores indicaron que este sector se opone, “sin fundamento técnico científico y no proponen alternativas productivas”. Manifestaron que en Bolivia pueden coexistir los cultivos orgánicos y transgénicos, y que hay zonas específicas para producirlos, dependiendo de la geografía topográfica.

El presidente de la Cámara de Pequeños Productores del Oriente Cappo, Isidoro Barrientos, comentó que los productores del oriente no están en contra de los cultivos orgánicos, pero –advirtió– que solo pueden utilizarse en pequeña escala y no así en cultivos extensivos agrícolas, como se encara en Santa Cruz en el caso de la soya y maíz.

En tanto, la producción orgánica estaría reservada para cultivos de subsistencia familiar, pueblos indígenas altiplánicos, sostuvo Barrientos.

En oposición, Probioma sostuvo el criterio de que no pueden coexistir los cultivos orgánicos y transgénicos en Bolivia.

CULTIVOS

Barrientos explicó que “los productos orgánicos son solo para cultivos de subsistencia, como huertos familiares, en pueblos indígenas, en el altiplano, donde se siembran medias hectáreas, hasta una hectárea de hortalizas verduras y frutas”.

“En cultivos extensivos es imposible aplicar la producción orgánica”, señaló.

PLAGAS Y MALEZAS

El directivo argumentó que en cultivos extensivos de 30 a 200 hectáreas para arriba es imposible producir con cultivos orgánicos, tomando en cuenta que siembran soya, arroz, maíz, frejol, sorgo y trigo en las zonas Norte y Este del departamento de Santa Cruz, donde es difícil controlar las plagas y malezas en los cultivos.

Recordó que en la campaña agrícola 2006-2007, los pequeños productores utilizaron semillas convencionales de la variedad Cristalina en la producción de soya, pero solo cosecharon 400 kilos por hectárea y los productores que sembraron con soya transgénica sacaron hasta 4 toneladas por hectárea.

CAO

Al respecto, el gerente general de la Cámara Agropecuaria del Oriente CAO, Edilberto Osinaga, cuestionó la posición de algunos sectores e instituciones que, “solo se oponen a los transgénicos sin fundamentos sólidos y no muestran una propuesta seria que reemplace a las semillas mejoradas”.

“No tienen propuestas de alternativas para los productores y carecen de información sobre las semillas mejoradas, están lejos de la realidad”, expresó Osinaga, en opinión coincidente con la Cappo.

Bolivia está rodeada de países altamente productivos agrícolas con semillas transgénicas.

LA REGIÓN

Sobre la posición de Probioma, Osinaga contrariamente mencionó que sí es posible y que basta mirar a la Argentina, donde hay zonas de producción con ambas tecnologías, al punto que Argentina se ha colocado como tercer productor transgénico a nivel mundial, con la coexistencia de Transgénicos y orgánicos

Osinaga apuntó que “Argentina es el tercer productor más importante de transgénico en el mundo y es el segundo de orgánicos. Con esta experiencia, puede declararse alguna zona para producir con transgénicos y en otras zonas con producción orgánica”, expresó.

Osinaga refirió que la CAO había propuesto al Gobierno zonificar algunos lugares y cultivos específicos, para la utilización de semillas mejoradas, pero que hasta el momento no se pronuncia, perjudicando las posibilidades productivas del país.

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