martes, 1 de agosto de 2017

La demanda de maní aumenta un 26% en mercado boliviano

Entre 2009 y 2014, la demanda aparente de maní en el mercado boliviano aumentó un 26%, hasta situarse en 11.710 toneladas, según datos del “Estudio de mercado para maní en el territorio boliviano”, realizado por Fundación Valles entre los meses de diciembre de 2014 y abril de 2015.

La producción para 2014 fue de 21.123 toneladas, lo que significa un incremento del 58.64% respecto a 2009. De esa cantidad, el 63.4% se exportó.

En contrapartida, las importaciones sumaron 3.974 toneladas, una cifra que representa el 18.8% de la producción nacional, con un crecimiento del 99.26%.

Proceso participativo

“El estudio es el resultado de un proceso de gestión ampliamente participativo con los actores de la cadena del maní, llevado a cabo a través de la realización de reuniones y una serie de entrevistas con representantes de grupos asociativos, productores, empresas trasformadoras, intermediarios, comercializadores, exportadores, organismos no gubernamentales y funcionarios de Gobierno entre los meses de diciembre de 2014 y abril de 2015”, detalló el director ejecutivo de Fundación Valles, Miguel Murillo.

En el análisis se consideran aspectos que tienen que ver con el crecimiento de la demanda y el consumo aparente, resultados de incrementos en la superficie cultivada y la producción, además de pequeños aspectos de las distintas lógicas de producción de agricultores con diferentes superficies y distintos grados de capital, entre otros.

La producción de maní en el país presenta una estacionalidad muy marcada, sobre todo en aquellos períodos del año cuando no existe y la oferta se reduce (desde julio hasta abril y mayo).

La demanda es satisfecha con importaciones y reservas estratégicas que se crean en los meses de alta cosecha, explica Murillo.

La producción de maní pelado tiene dos destinos: transformación y gastronomía.

Maní transformado

“El maní es un producto apreciado por la industria de golosinas, pickles o snacks, donde se elaboran una diversidad de productos para el público en general; por ejemplo: maní en grano fritado salado o no, tostado caramelizado, tostado y trozado (barras energéticas) y otros”, afirma el Director de Fundación Valles.

El consumo de maní transformado es esporádico: responde al deseo o gusto del consumidor por una golosina o snack en un momento del tiempo (diario, interdiario, semanal, mensual, etc.). El crecimiento de la industria del maní procesado es el resultado del crecimiento del mercado de las golosinas en su conjunto.

Por otra parte, el estudio sostiene que la superficie utilizada para la producción de maní pasó de 11.182 hectáreas en 1999 a 13.406 hectáreas entre 2012 y 2013, lo cual implica un crecimiento del 19.9%, con una tasa de crecimiento promedio anual superior al 1.3%.

Según Murillo, esta expansión responde a las condiciones favorables para su producción, también influidas por la demanda creciente en el mercado interno y de exportación.

“Además del uso primario del grano y el follaje, el maní es utilizado como abono orgánico dada su capacidad de fijar nitrógeno atmosférico al suelo. Por su alto índice de cobertura foliar, se usa para evitar la erosión y como medio biológico de control de malezas, principal-mente en cultivos como sorgo y maíz”, finaliza.

Usos no alimenticios del maní

El maní puede ser usado para elaborar varios productos no alimenticios. Por ejemplo, entre otros usos industriales:

- Para jabones, cosméticos y lubricantes.

- La corteza, para elaborar papel.

Usos alimenticios del maní

Extracción de aceite: Excelente para la cocina debido a que es insípido y puede calentarse a temperaturas muy altas sin que se ahúme o se queme (450 grados). El aceite de maní no absorbe ni transfiere ningún sabor, por lo tanto puede ser usado varias veces para cocinar diferentes tipos de comida; también sirve como aceite para ensalada.

Extracción de mantequilla y materias grasas: Utilizado en la manufactura de margarinas y materias grasas alimenticias.

También de él se extrae la mantequilla de maní.

Culinaria: Puede ser molido como harina y posteriormente utilizado para preparar comidas y bebidas ricas en proteínas.

Bocadillos: Con su cáscara se consume como nuez tostada; sin cáscara (pelado o con piel), azucarado en forma de garrapiñadas y turrones, frito con y sin sal; como golosina, ya sea confitado o recubierto de chocolate; o dentro de tabletas y barras de este último. Es uno de los componentes principales de los picados en bares y restaurantes: suele acompañar a la cerveza.


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