lunes, 28 de diciembre de 2015

Menonitas se modernizan, pero siguen dentro del agro



La colonia Chihuahua nació en 1989. Ahí habitan alrededor de 200 familias de descendientes alemanes que dejaron atrás sus costumbres, como el estar aislados de la sociedad, para mejorar sus condiciones de trabajo y de vida.

En Santa Cruz es común ver en la ciudad y en las provincias del área rural a menonitas vendiendo sus productos agrícolas a la gente. Vestidos con una camisa, un overol oscuro, un sombrero y botas, en el caso de los hombres; y un vestido oscuro, pañuelo, sombrero con cinta, medias y zapatos, en el caso de las mujeres, estos descendientes de alemanes llaman la atención a más de uno por su peculiar vestimenta y su tez blanca, cabello rubio y ojos azules.

La específica versión de la religión evangélica que profesan y sus estrictas costumbres ligadas al trabajo, la familia y la espiritualidad los alejan de la modernidad, al grado que no cuentan con aparatos electrónicos en sus hogares, no pueden casarse con personas de otra raza, se rigen bajo un propio sistema educativo, viven aislados del resto de la población, entre otros patrones de conducta que respetan.

No obstante, en el departamento de Santa Cruz ya existen colonias de menonitas que han dejado su religión y algunas costumbres para optar por mejores condiciones de vida, pero sobre todo para mejorar su actividad ganadera y agrícola. Es el caso de la colonia Chihuahua, donde alrededor de 200 menonitas habitan y se dedican al cultivo de trigo y otros granos.

A diferencia del resto de colonias menonitas de Santa Cruz, en Chihuahua los habitantes no visten de overol o vestido, si no de la misma manera que lo hacen cualquier hombre o mujer natural del oriente. Así se presentó, por ejemplo, Franz Schmitt, un menonita que viste zapatos negros, jean azul y camisa blanca de manga corta, quien abrió las puertas de su propiedad en la colonia Chihuahua, ubicada en el municipio cruceño de Cuatro Cañadas.

“Somos unas 200 familias en la colonia, no todos son agricultores, pero ninguno de ellos excede las 500 hectáreas. Tenemos asociaciones, una asociación donde los productores se asocian y salen a vender los granos a las industrias”, comentó Schmitt, quien no sólo dio cabida a los aparatos electrónicos en su vida y en la de su familia, si no también mecanizó su actividad agrícola y cuenta con trabajadores que le ayudan en su día a día.

La colonia Chihuahua nació en 1989. Con 26 años de existencia, es una de las más conocidas por los productores cruceños, pues está en el recuerdo que es una de las primeras que se asentó en el municipio y construyó un camino, con recursos propios, que le permitiera salir a la ciudad para el traslado de sus productos.

“Los menonitas de la colonia Chihuahua son uno de los ejemplos de productores de la zona. Los caminos y la energía eléctrica fueron hechos con sus recursos propios”, destacó Richard Paz, agricultor cruceño del Este de Santa Cruz, quien precisó que en esta colonia ya existen menonitas con nacionalidad boliviana.

Pero a Schmitt y sus tíos, que fueron los fundadores de la colonia, les pesa todavía un aspecto en sus vidas: ser ignorados por el resto de los menonitas que habitan en el departamento y que los ven como los “rebeldes” que desbebieron a su religión y costumbres. De acuerdo con el Censo Nacional 2012, en Santa Cruz existen 15.666 menonitas.

El joven menonita, con un español poco fluido y con el acento alemán que caracteriza a la comunidad, comenta que sus tíos tuvieron la visión de cambio que les permita una mayor liberación económica y social. Poco a poco y año tras año, más menonitas desistieron de su religión y se sumaron a esta colonia o fundaron otras, como el caso de Nueva Estrella en el mismo municipio, donde cultivan granos a gran escala para empresas como Fino, Sao, Rico y otros.

“Lo más difícil lo sufrieron mis padres, que fueron expulsados”, recuerda Schmitt, quien estuvo acompañado por sus padres y tíos para hablar con ANF y otros periodistas en la colonia Chihuahua, donde ya existen dos colegios y se tienen, de momento, algunos profesionales menonitas en agronomía, carrera que estudiaron en la Universidad Gabriel René Moreno, lo cual no sería permitido por los menonitas tradicionales.

En esta colonia, donde existen al menos 12.000 hectáreas de cultivos, se produce maíz, sorgo, frejol, girasol, chía y otros en una cantidad de 2,5 toneladas por hectárea, aproximadamente. Al interior de los galpones de la propiedad de los Schmitt se encuentran cosechadoras, sembradores y otro tipo de tractores que son empleados para la actividad agrícola. Gracias a su liberación, no sólo han mejorado su actividad diaria, si no también su estilo de vida, pues en sus campos se pueden observar vagonetas, luminarias y equipos electrónicos que ayudan a su actividad.

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