sábado, 7 de noviembre de 2015

Vecinos de Barrios de Verdad cultivan sus alimentos



Cilantro, huacataya, acelga, lechuga y otras especies son cosechadas en las carpas solares de Lorocota, comunidad que es parte de un programa que busca que familias paceñas produzcan ecológicamente sus alimentos, mejoren sus ingresos y cuiden del medio ambiente.

Lorocota, ubicada en el macrodistrito Hampaturi del municipio de La Paz, a 25 minutos del centro de la ciudad, se caracteriza por su temperatura agradable, por la producción de legumbres y de ganado vacuno y ovino. Un camino de tierra permite llegar a la pequeña población de aproximadamente 390 habitantes, cuyo paisaje de color verde contrasta con el gris del cemento citadino.

En medio de la localidad se levantan 30 carpas solares de 60 metros cuadrados construidas con adobe, madera y nailon, las cuales permiten cosechar legumbres y hortalizas hasta cuatro veces al año.

Estas huertas familiares edificadas por la Alcaldía paceña con una inversión de casi $us 2.000 en cada una permiten demostrar que en La Paz se pueden producir alimentos ecológicos y de calidad, afirmó William Escalera, ingeniero ambiental de Barrios y Comunidades de Verdad (PBCV) del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (GAMLP), programa que comenzó en 2014 y que hasta la fecha se implementó en los macrodistritos Hampaturi, Cotahuma, Periférica y San Antonio.

La iniciativa, impulsada por la empresa municipal Servicios Ambientales con el apoyo de la Cooperación Italiana y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), tiene entre sus principales objetivos mejorar el ingreso y la calidad de vida de familias vulnerables paceñas y reducir la contaminación en la urbe.

Beneficio. “Usamos (estos productos) para alimentarnos, pero la mayor parte la comercializamos en las ferias que realiza la municipalidad en el Parque Urbano Central y otros lugares”, contó Cristina Quisbert, quien junto a sus cuatro hijos cultiva y cosecha en su carpa solar de Lorocota tres tipos de lechuga (“señorita, crespita y en forma de repollo”), coliflores, nabos, zanahorias, tomates, frutillas, acelgas, perejil, paprika, tomillo y ruda, entre otras tantas variedades de verduras, especias y frutas; Quisbert incluso obtiene uvas en estas huertas familiares.

Se calcula que toda la producción representa para estas familias un ingreso adicional de al menos Bs 700 al mes, afirmó el ingeniero ambiental.

Hasta la fecha, el PBCV entregó gratuitamente 55 carpas, cinco en la fase piloto y 50 en la primera etapa del programa que beneficia a personas que se encuentran en situación de pobreza o vulnerabilidad.

Eusebia Yujra recordó que funcionarios del gobierno municipal le enseñaron incluso cómo cortar las ramas y tallos para no dañar las plantas. “Debo cultivar cada 15 a 25 días, (eso) varía por verdura”, aseguró.

“Se capacitó” a los beneficiarios en “la construcción de carpas solares y la producción de alimentos”, recordó el gerente del PBCV, Juan Carlos Ribero, quien destacó los resultados positivos del programa. “Ahora se alimentan mucho mejor con verduras y ya no solo con carbohidratos”.

La instrucción incluyó también el aprovechamiento de residuos no orgánicos como botellas pet, llantas, balones, baldes de aceite e incluso botas de goma, las cuales son usadas como macetas para el cultivo de plantines y alimentos.

“Queremos dar utilidad a lo que otros llaman basura. Usamos los bidones de aceite para cultivar lechugas y así no perdemos espacios”, afirmó Quisbert, quien debe tener a sus hijos que están en edad escolar inscritos y asistiendo a una unidad educativa para ser parte del proyecto.

El PBCV, que busca también que la producción de los nuevos agricultores sea introducida en el desayuno escolar, fortalece también los sistemas de riego de los Barrios y Comunidades de Verdad donde se instalan las carpas solares.

En Lorocota, por ejemplo, se rehabilitó el sistema de riego que tiene una extensión de 1.700 metros lineales y se construyó un tanque de almacenamiento que tiene una capacidad de 10.000 litros de agua.

Actualmente hay carpas solares de la Alcaldía funcionando en barrios como Kenani Pata y Chinchaya, así como en las comunidades de Jokoni —donde se produce rábano, acelga, tomate, lechuga, coliflor, cebolla y locoto, entre otros— y Cupilupaca Central, las que serán entregadas a familias de la zona previa capacitación para su buen uso y mantenimiento.

Ribero aseguró la realización de una segunda etapa del Programa Barrios y Comunidades de Verdad para que más habitantes de las laderas produzcan sus propios alimentos y aumenten así sus ingresos, una iniciativa que está a la espera de la aprobación de presupuestos y el apoyo de organizaciones internacionales.

En las dos últimas décadas La Paz redujo su capacidad de producción de alimentos y se convirtió en un gran consumidor, pues apenas produce el 25% de lo que consume, según datos a 2013 de la Gobernación paceña. El departamento, de acuerdo con datos del Censo de Población y Vivienda 2012, tiene la población más numerosa del país, 2,71 millones de habitantes, según información del Instituto Nacional de Estadística.

Los baños ecológicos

Como parte del programa también está contemplada la construcción de baños ecológicos. Pobladores serán capacitados para su buena aplicación.

Producción ecológica contará con certificación

Los alimentos producidos dentro del Programa Barrios y Comunidades de Verdad contarán hasta finales de año con una certificación que garantizará su cualidad ecológica, anunció el ingeniero ambiental William Escalera.

“Pronto, la producción de los Barrios y Comunidades de Verdad contará con una certificación que garantice que son ecológicos y así puedan ser comercializados en los supermercados”, dijo el experto, quien incidió en que ahora la gente prefiere consumir productos que estén libres de químicos. Este aval será emitido por el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria.

Cristina Quisbert explicó que para fertilizar sus cultivos usa el abono del ganado que cría y que para fumigar las plantas emplea aguas de locoto y de carbón, entre otros productos naturales que no contaminan los alimentos.

“Producimos alimentos sanos para cuidar la salud de nuestras familias y de las familias que consumen lo que producimos (...) Queremos llegar a supermercados, por eso nos empeñamos” en el cuidado de los productos, afirmó.




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