domingo, 5 de octubre de 2014

Cultivos inundados aumentan productividad del arroz paceño



Pequeños productores de arroz del norte de La Paz mejoraron el rendimiento de sus tierras y su calidad de vida gracias a los cultivos inundados, una técnica agrícola ecológica que permite quintuplicar la productividad del grano paceño con respecto al sembrado en Santa Cruz.

El “Proyecto Agrícola Forestal con valor agregado para elevar el nivel de vida de pequeños agricultores en el Norte de La Paz (Panlap)” —financiado por la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA) y ejecutado en coordinación con el estatal Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF), la gobernación departamental y las alcaldías locales— se inició en marzo de 2010 en cuatro comunidades indígenas e interculturales de los municipios de San Buenaventura e Ixiamas.

Luego de cuatro años y medio de trabajo, el proyecto piloto logró incrementar la productividad anual de los cultivos del grano en esa región de 1,5 toneladas por hectárea (t/ha) —la más baja del país— a 16 t/ha, un volumen que multiplica por ocho el promedio en Bolivia (2 t/ha) y por cinco el de Santa Cruz (3 t/ha), el mayor productor nacional del grano. El precio del quintal es de Bs 320.

“Este resultado hace que el cultivo de arroz tenga un atractivo económico para la población del norte de La Paz, ya que podría mejorar sus ingresos familiares y disminuir la pobreza y la dependencia de la actividad forestal”, dijo la directora residente del JICA en Bolivia, Mika Yamamoto.

La producción irrigada de arroz requiere de un desarrollo técnico avanzado puesto que necesita de grandes cantidades de agua, que debe llegar a los cultivos mediante diversos métodos artificiales.

Este sistema de producción se implementó en el norte de La Paz después de varias pruebas y ensayos en Santa Cruz, donde se trabajó para identificar las variedades más adecuadas al medio boliviano.

“Hay un potencial grande en el norte paceño para el cultivo del arroz y para la seguridad alimentaria”, afirmó Juan Carlos Iporre, coordinador del Panlap, quien destacó que la producción bajo riego permite obtener hasta tres cosechas por año.

Está técnica —empleada desde hace 12 años por las colonias japonesas establecidas en Santa Cruz— se aplicó así por primera vez en el norte paceño, una región donde se cultivaba solamente a “secano” (con riego exclusivo de la lluvia y una sola cosecha por año). “El norte de La Paz tiene importantes recursos hídricos que pueden ser aprovechados con esta técnica de cultivo”, subrayó Marcelo Quispe, técnico del INIAF especializado en la planta gramínea.

“Ahora tenemos arroz para comer y para vender. Antes producíamos el arroz a secano, chaqueando, quemando y sembrando, sin agua sin nada. En cambio ahora, usando agua, producimos más y ganamos más”, dijo Marlene Mamío, productora takana de la comunidad Bella Altura (San Buenaventura).

El director general de Producción Agropecuaria y Soberanía Alimentaria del Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras, Iber Lugones, destacó los logros del proyecto y aseguró que la experiencia “no caerá en saco roto”, puesto que la tecnología será incorporada en el Sistema Nacional de Innovación Agropecuaria para ser implementada de forma masiva.

Sin embargo, agregó, la adopción de los cultivos bajo riego en La Paz “tomará tiempo” ya que, para un mejor aprovechamiento de la técnica, se debe emplear maquinaria para la nivelación del terreno y el sembrado, labores que de otra forma exigen “una buena cantidad de mano de obra”.

Se cultiva la misma tierra por 40 años

Potencial

Una vez garantizada la fuente de agua, el terreno preparado puede producir arroz de calidad por un periodo de 30 a 40 años, sin que sea necesario expandir la superficie productiva en desmedro del bosque.

Cuidados

La fertilización y prevención de plagas y enfermedades necesitan de una observación constante por parte de los productores, no requiriéndose gran inversión en mano de obra o equipamiento.


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