Representantes de los productores cafetaleros señalaron que debido a que los terrenos, donde trabajan han producido por más de 30 años seguidos, el suelo se encuentra cansado y ya no produce con la misma calidad, por lo que piden a las autoridades destinar expertos en el tema, para utilizar nuevos suelos sin que esto implique generar mayor erosión en la zona. “Nuestros cafetales datan de un promedio de 30 a 40 años y obviamente el árbol debe ser renovado, sin embargo esta medida tampoco está funcionando, porque al parecer la tierra también ya está cansada y sin los nutrientes necesarios, por lo que necesita fertilización y abonamientos”, manifestó el presidente de Coaini Limitada, Mario Condori.
Para el representante, lo ideal sería buscar nuevas tierras para que las actuales descansen, sin embargo tiene claro que esta medida, de no ser trabajada por expertos en el tema agroambiental y manejo sostenible de tierras, podría incrementar los índices de erosión que se ha generado en la región de los Yungas durante los últimos años y que ha jugado un papel importante en los desastres naturales de la presente gestión.
“Es necesario que podamos contar con especialistas que nos asesoren, para aprovechar al máximo los pocos terrenos vírgenes que nos quedan sin que causemos algún daño en la tierra y el medioambiente que está sufriendo cambios climatológicos y que nos ayude a facilitar la producción”, señaló Condori.
Para tal efecto, los productores han ido capacitándose de manera independiente, pero las herramientas y conocimientos que han logrado acumular no son suficientes, por lo que sienten la falta de profesionales que realicen estudios de suelos y los guíen en nuevas formas de cultivo.
En este sentido, los productores cafetaleros han ido llevando a cabo eventos para la capacitación de cultivos sostenibles, a través de métodos de siembra y chaqueos ecológicos que ayuden a que los pequeños terrenos con los que cuentan rindan todo su potencial sin desgastarse.
Sin embargo, el tomar terrenos vírgenes tampoco es una solución total al problema, ya que las probables parcelas se encuentran en pendientes pronunciadas y lejanas a los caminos, que implican el caminar con los plantines y posteriormente la cosecha, a cuestas hasta por más de dos horas.
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