domingo, 8 de junio de 2014

Trabajar en un huerto familiar

Tener un huerto familiar implica un gran esfuerzo; claro está que sin lugar a dudas vale la pena, pues los frutos no solo se resumen a las hortalizas que obtendremos en nuestra propia casa, sino también a la unión familiar que poco a poco se va logrando, mientras cultivamos la tierra.

Y si aún no te convence la idea, te invito a leer los múltiples beneficios que esta actividad otorga:

Pasas más tiempo con tu familia. Al ser un proyecto familiar, todos los integrantes pueden ayudar y así contribuir al éxito del huerto. Los más pequeños pueden ayudar removiendo malezas, regando, cosechando, plantando y todo lo que se necesite, pues son actividades que no representan peligro para ellos.

Ahorras dinero. Comprar semillas resulta muy económico. Ayudas al medio ambiente. Seguramente te preguntarás cómo es esto. Pues bien, no necesitas de ningún medio de transporte o bolsa plástica para hacer llegar los productos a tu hogar, por ende la contaminación ambiental disminuye a cero.

Fomentas la vida al aire libre. Esta actividad te ayuda a ganar la batalla contra el sedentarismo y las pantallas, pues por fuerza tendrán que salir para realizar las tareas diarias.

Comes sano y fresco. Poco a poco tus hijos se interesarán por comer una mayor cantidad de frutas y verduras frescas, recién cosechadas por ellos mismos. Por eso, el sobrepeso u obesidad podrán comenzar a salir de casa.

Responde algunas dudas de tus hijos. Los niños son muy curiosos y siempre están dispuestos a aprender. Dejar que vean por ellos mismos todo el proceso de crecimiento de las frutas y verduras será una actividad educativa muy interesante. Esto también les ayudará en el colegio, cuando tengan alguna tarea relacionada con el tema.

No dudes que será una experiencia extraordinaria para ellos.

Te relaja. El contacto con la tierra es una de las cosas que se hacen en silencio, por lo que también te ayudará a encontrar un minuto de paz y conexión contigo mismo.

Sabes qué es lo que comes. Puedes estar seguro del tipo de agua con la cual está regado tu huerto, sin tener que preocuparte por las diferentes infecciones estomacales que pueden atacar a tu familia.

Satisfacción del trabajo en equipo. El día a día parece cada vez más rápido, es por este motivo que observar lo que lograron hacer como familia, con sus propias manos y esfuerzo, dará aún más unión y amor a tu familia.

Puedes adaptarlo a tu espacio. No hay excusa que valga para no hacer un huerto familiar. Pues puedes hacerlo de diferentes tamaños, circunstancias y según el espacio con que cuentes, siempre adaptándolo a las reales necesidades de tu familia.

Uso de agroquímicos. Hoy todas las hortalizas que compramos en el supermercado contienen diferentes tipos de agroquímicos, pero en el caso de tu huerto eres tú quien decide si usarlos o no.

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