sábado, 31 de mayo de 2014

Menos del 20 % de productores del altiplano usan semillas certificadas

En el Primer Encuentro Departamental de Productores Semilleros que se desarrolló ayer, se analizó la situación actual del uso de semillas certificadas en las actividades agrarias, se dio a conocer que en el occidente boliviano menos del 20 % de los productores usa estas semillas.

La actividad fue organizada por la Dirección Nacional de Semillas dependiente del Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (Iniaf).

El director de dicha dependencia, Sergio Rider Andrade indicó que el objetivo de este encuentro fue dar a conocer el diagnóstico que existe en cuanto a la certificación de semillas a nivel nacional y departamental, para encarar acciones de acuerdo a los resultados que se tienen.

Señaló que el Iniaf es el ente competente por normativa a nivel nacional para otorgar la certificación, fiscalizar la semilla, aprobar la calidad; manifestó que además supervisa la calidad de semilla que ingresa de otros países para verificar si tiene la calidad que corresponda a la normativa nacional vigente, y también se evalúa la semilla que se exporta.

Mencionó que en los recientes años se vieron algunos cambios en el uso de semillas certificadas en el altiplano, no obstante los índices siguen siendo bajos por lo cual el gran desafío es lograr mayor cantidad de uso de semillas certificadas en el occidente del país.

Indicó que en el oriente el uso de semilla certificada es elevado, especialmente en soya se habla de un 95 %, en promedio llega a 70 a 80 %; mientras que en el occidente está por debajo del 20 % en algunos cultivos no se llega ni al 5 % como el caso de la quinua.

Enfatizó que se debe concienciar al agricultor como en el oriente, donde difícilmente se arriesgan su producción al utilizar cualquier semilla, porque es jugar a la lotería puede ser buena o basura, mientras que si usa semilla certificada está garantizada la identidad varietal, se asegura que no tenga enfermedades transmisibles vía semilla, además de lograr un mayor rendimiento e ingreso para el agricultor.

Mencionó que es bajo el porcentaje, pero desde hace tres años se mejoró en algo, por ejemplo antes se tenía alrededor de 5 toneladas de semilla certificada de quinua, ahora está por encima de las 30 toneladas y se espera llegar a 100 toneladas, también en las otras certificaciones de tarwi, cañao, papa, haba y otros productos.

Señaló que según estudios, los productores del altiplano no utilizan semillas certificadas porque primero no conocen las bondades de producir con esta semilla, por lo cual es vital la asistencia técnica para exponer los beneficios de utilizar una semilla de calidad, otro factor por el cual no usan es el precio, que es más caro, incluso que el producto, entonces dicen que no les conviene, pero los réditos que se obtiene son favorables.

"Todavía muchos agricultores piensan de la siguiente forma, cosechan papa la mejor para el mercado, la segunda consumen y lo que no se puede vender ni consumir es para semilla, entonces no se puede obtener buenos resultados si desde entrada utilizamos mala calidad de semilla" sostuvo.

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