domingo, 2 de febrero de 2014

FAO impulsa agricultura familiar para reducir hambre en la región



Este 2014, la FAO busca que los países de América Latina inviertan más, estructuren sistemas públicos para dotar de bienes y servicios a los agricultores familiares y compartan sus experiencias sobre esta práctica, parte esencial de la estrategia de erradicación del hambre en el mundo.

Así lo indicó a La Razón el representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Bolivia, Crispim Moreira, quien indicó que varios países de Latinoamérica se plantearon en los últimos años como prioridad nacional alcanzar la seguridad alimentaria y que algunos de ellos lo lograron.

Esto permitió que el número de personas subnutridas entre la población de América Latina bajara del 13,8% en el periodo 1990-1992 a 7,1% entre los años 2011 y 2013. Para lograr esto, indicó Moreira, esos países (ver infografía) efectuaron fuertes inversiones en políticas de desarrollo rural, basadas en la agricultura familiar.

Entre esas medidas están las compras estatales de la producción de la agricultura familiar para el desayuno escolar y el establecimiento de una red de protección social para mujeres campesinas mediante bonos y otras políticas de inclusión productiva para que los pequeños agricultores vendan sus alimentos en los mercados locales.

Situación. “Hace diez años, la agricultura familiar era invisible y no había políticas de los países para fomentar ese sector, pues éstos destinaban más dinero a la agricultura no familiar y exportadora. Ahora, muchos países aplican políticas públicas, agrícolas, ambientales, industriales y comerciales destinadas a esta actividad”, indicó Moreira.

De acuerdo con datos de la FAO, en el mundo más de 500 millones de explotaciones familiares (pequeñas unidades empresariales que dependen principalmente de miembros de una familia para la gestión y mano de obra) producen alimentos que nutren a miles de millones de personas Incluso, en muchos países en desarrollo las granjas familiares suman cerca del 80% de todas las explotaciones agrícolas.

La agricultura familiar incluye todas las actividades agrícolas de la base familiar y está relacionada con varios ámbitos del desarrollo rural. Es una forma de clasificar la producción agrícola, forestal, pesquera, pastoril y otras que son operadas por una familia y que depende primordialmente de la mano de obra familiar, incorporando, tanto a mujeres como hombres.

En países en desarrollo y en los desarrollados, la agricultura familiar es el modo predominante de agricultura en la producción de alimentos.

El 22 de noviembre de 2013, en Nueva York, la Organización de las Naciones Unidas declaró 2014 como el Año Internacional de la Agricultura Familiar (AIAF) para poner en relieve el enorme potencial de los agricultores familiares para erradicar el hambre y conservar los recursos naturales.

En esa línea, Moreira indicó que la FAO pretende que este año los países de Latinoamérica que han desarrollado políticas agrícolas, ambientales y sociales para la agricultura familiar sostenible compartan sus experiencias con otras naciones y muestren su potencial para erradicar el hambre.

“Se busca, además, que los países latinoamericanos estructuren sistemas públicos operativos que otorguen todos los bienes y servicios a los agricultores familiares como el acceso a servicios básicos, asistencia técnica, semillas certificadas e infraestructura”.

Agregó que otro objetivo del AIAF es que las naciones efectúen una mayor inversión en la agricultura familiar.

Más del 70% de la población expuesta a la inseguridad alimentaria vive en zonas rurales de África, Asia, América Latina y el Cercano Oriente.

Se pondrá al agro familiar en la agenda del mundo

La declaratoria del Año Internacional de la Agricultura Familiar (AIAF) busca reposicionar la agricultura familiar en el centro de las políticas agrícolas, ambientales y sociales de las agendas nacionales de todos los países del mundo, con el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria y combatir los índices de pobreza.

El representante de la FAO en Bolivia, Crispim Moreira, indicó que se persigue esa meta porque hoy no todos los países del mundo comprenden la importancia de la agricultura familiar en la lucha por la erradicación del hambre y la pobreza, en la seguridad alimentaria y la nutrición, en la mejora de los medios de vida, en la gestión de los recursos naturales, la protección del medio ambiente y en lograr el desarrollo sostenible, en particular de las zonas rurales.

Según datos de la FAO, de cada diez personas que sufren inseguridad alimentaria en el mundo siete son campesinos, lo que muestra que los gobiernos no aplican las medidas suficientes para impulsar a este sector.

Por ello, la FAO busca que los países emitan políticas públicas para fortalecer la agricultura familiar a fin de que aumenten los ingresos de estas personas y de este modo salgan de la pobreza.

En países en desarrollo y los desarrollados, dijo, la agricultura familiar produce una diversidad de alimentos como hortalizas y frutas, verduras, entre otros, para el mercado interno y para asegurar una alimentación adecuada.

El AIAF pretende que los consumidores comprendan las necesidades de la agricultura familiar, su potencial y sus limitaciones.

La inversión en el sector

El representante de la FAO en Bolivia, Crispim Moreira, indicó que existen estudios que demuestran que por cada dólar que se invierte en la agricultura familiar comunitaria se genera un movimiento económico que deja resultados en dos años.

La pequeña agricultura suma a más de 700.000

En todo el país, el 94% (729.120) de los productores agropecuarios bolivianos se dedica a la pequeña agricultura, de acuerdo con la base de datos oficial de la Encuesta Nacional Agropecuaria de 2008.

El viceministro de Desarrollo Rural y Agropecuario, Víctor Hugo Vásquez, señaló que, según esa última encuesta, los productores medianos llegan al 5% (38.783) y los grandes representan solo el 1% (7.757).

Precisó que los pequeños agricultores realizan cultivos menores a cinco hectáreas (ha) mientras que los medianos siembran hasta 300 ha y los grandes hasta 20.000 ha.Afirmó que la agricultura familiar es muy importante para Bolivia, ya que está ligada a la seguridad alimentaria.


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