lunes, 24 de febrero de 2014

Biofertilizantes. Aporte vital para las leguminosas



El estudio y cultivo de los microorganismos que están presentes en las leguminosas, poseen grandes propiedades benéficas para la siembra de soya, frejol, maní, haba, arveja, alfalfa, entre otros.

El laboratorio de Rhizobiología del Centro de Investigación Agrícola Tropical (CIAT), desde hace 24 años se ocupa de producir masivamente estos microorganismos a través de la producción de un biofertilizante, el inoculante.

La jefe del laboratorio, Verónica Oller, explicó que los beneficios están en la suspensión del fertilizante, además de un manejo adecuado del uso de suelo.

“El CIAT empieza a producir este fertilizante para que el productor se beneficie cuando aplique al momento de la siembra, así la semilla tenga una carga bacteriana suficiente para que las bacterias penetren en la raíz, formen los nódulos y se produzca la toma del nitrógeno, de esa manera la soya (o cualquier otra leguminosa) no necesita tomar el nitrógeno en el suelo porque lo está tomando en el aire”, dijo Oller.



Forma de uso

El inoculante se aplica a la semilla y se introduce la bacteria en el momento de la siembra. En el caso del producto líquido, este se mezcla, mientras que con el de polvo se humedece la semilla, se deja orear y se siembra.

Como cualquier ser vivo, este microorganismo va a tener condiciones para poder funcionar, por decir, si el suelo es muy ácido o existe sequía, la bacteria no va a funcionar, “estas condiciones no favorecen a las bacterias”. El CIAT se financia, casi en su totalidad, con la venta del inoculante.



A pedido

En el laboratorio también se han solicitado inoculantes para habas. Oller informó que cuentan con stock para cultivos como la soya y frejol, pero que se pueden hacer pedidos para otras leguminosas. El tiempo de entrega de las dosis es de una semana.

“El beneficio que ofrecemos es un producto garantizado, que no permanece en Aduana y que se lo puede adquirir directamente desde aquí”, comentó Oller. El costo es muy bajo, el sólido cuesta Bs 25, alcanza para 100 kilos de semillas, que servirá para sembrar casi dos hectáreas.

El líquido va a depender de los volúmenes de compra, pues en el laboratorio cuentan con una escala de precios. Bs 90 para 400 kilos de semilla, para sembrar entre seis a siete hectáreas. “Es bastante bajo el costo para el beneficio que uno recibe, está cuidando y preservando su suelo a través del manejo ecológico”

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